viernes, 12 de junio de 2015

Solía ser

Sus vecinos y los que lo habían visto pedir limosna decían: ¿No es éste el que se sentaba a mendigar? Juan 9.8 

Hermosa historia en la que encontramos a alguien que tuvo una experiencia que le cambió la vida con la presencia de Jesús. Antes de estar cara a cara con Él era de una manera, pero después de estarlo ya fue de otra. Como él, nosotros “solíamos” ser aquello y ahora somos... otra cosa. Hay un gran significado envuelto en esa palabra “solía.” Describe la acción o la relación de sucesos que eran hechos repetidamente, o que existieron tiempo atrás, en el pasado. Lo que estaba en el pasado. 
El hombre de esta historia, en su ceguera, solía sentarse a mendigar, y ahora... ya no es ni ciego ni mendigo. Ahora y después, en el futuro, él puede contarle a la gente lo que solía ser y hacer antes de estar cara a cara con Jesús, puede contarle a la gente cómo Jesús cambió su vida y cómo ve las cosas ahora, en el presente. Una vez que la gente escuche las historias sobre su pasado, podrá ver las evidentes diferencias con el presente. Será visto como un hombre cambiado.

Todos tenemos un pasado lleno de cosas que hicimos, además de lo que fuimos, cosas que no son ni buenas ni saludables. Y debemos preguntarnos cómo contaremos estas historias y las palabras que usaremos para ello. Es una interrogante cómo ve la gente nuestro pasado en comparación a nuestro presente. ¿Cómo expresaremos nuestras historias? Podemos decir, “solía emborracharme y pelearme”, o “solía acostarme con cualquiera” o “solía herir a los demás por mi egoísmo” ¿Podemos usar la palabra “solía” para las cosas negativas de nuestro pasado, cuando esas cosas aún están aconteciendo?
Nos equivocamos si creemos que hay gente perfecta, o que nuestra vida y comportamiento deberán ser perfectos o que debemos pretender ser perfectos. Eso sí, lo que deberíamos poder decir, en cuanto a ciertas cosas, es “así es como solía ser y así es como soy ahora.” La gente debería poder apreciar la diferencia entre el antes y el ahora. Deberíamos estar progresando.
¿Cómo son tus afirmaciones de “solía ser”? ¿Qué ha cambiado Dios en tu vida? ¿Qué diferencia ha provocado el conocer a Jesús en cuanto a la transformación de tu vida? Yo solía emborracharme, pelearme y llenarme de detractores. Solía contratar prostitutas. Solía vivir dos vidas separadas. Esas son cosas que yo solía hacer, pero no son cosas que ya hago.

Piensa de dónde te ha sacado Dios. Agradécele por las cosas que “solían ser” en tu vida. También sé honesto para reconocer las cosas que aún no han cambiado y que necesitan cambiar. ¿Qué cosas en tu vida ya no quieres mas? ¿Cuáles son las cosas que te gustaría, mirando atrás, poder decir: "solía hacer o ser así pero Dios cambió mi vida?” Hoy puede que no podamos decirlo, pero si permitimos que Dios trabaje en nuestras vidas, en algún momento sí lo podremos decir.

 

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