miércoles, 3 de junio de 2015

¿Es usted cristiano, un hijo de Dios?

A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Juan 1:12-13.
Uno no llega a ser cristiano como cuando se entra en un club, pagando la cuota y adhiriéndose a las reglas establecidas. Ser cristiano no es ser un humanista, es decir, creer en el hombre pero no en Dios. Se pueden lograr las virtudes cristianas del amor y de la solidaridad, consagrarse a causas humanitarias, hasta considerar a Jesús como un admirable modelo de bondad, altruismo y abnegación… sin embargo, pasar al lado de lo esencial.
- ¿Qué es, pues, lo esencial? 
- Lo esencial es creer lo que Dios dice. 
- ¿Y qué es lo que dice?
- Dios creó al hombre inocente, y ambos tenían comunión. Por su desobediencia, el hombre rompió esa relación, llegó a ser pecador y adquirió una conciencia que le permitía discernir entre el bien y el mal. Esta conciencia le recuerda que estando separado de Dios no puede ser feliz. Pero la conciencia puede estar dormida y hasta endurecida. 
He aquí un pequeño test para conocer tu estado: ¿Qué me dice ella a propósito del pecado? ¿Me reconozco realmente pecador y culpable ante Dios?
Jesús dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Mateo 9:13). Cristo amó a los pecadores hasta el punto de cargar con sus pecados.“Fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 4:25; 5:1).

No hay comentarios:

Publicar un comentario