miércoles, 3 de junio de 2015

Mentalidad de peregrino


0

Indudablemente, el cantante que más me ha gustado en toda mi vida ha sido Joan Manuel Serrat. El catalán ha sido un poeta prolífico, un intérprete singular y sirvió como concentrador del pensamiento de una época. Muchas de sus canciones son divertidas, otras románticas, otras ofensivas, las hay críticas,... pero casi todas son reflexivas. Hoy recordé esta:
Si la muerte pisa mi huerto
¿quién firmará que he muerto
de muerte natural?
 ¿Quién lo voceará en mi pueblo?
¿quién pondrá un lazo negro
al entreabierto portal?
 ¿Quién será ese buen amigo
que morirá conmigo,
aunque sea un tanto así?
 ¿Quién mentirá un padrenuestro
y a rey muerto, rey puesto…
pensará para sí?
 ¿Quién cuidará de mi perro?
¿quién pagará mi entierro
y una cruz de metal?
¿Quién me hablará ente sollozos?
¿quién besará mis ojos
para darles la luz?
 ¿Quién rezará a mi memoria,
que Dios lo tenga en su Gloria,
y brindará a mi salud?
 ¿Y quién hará pan de mi trigo?
¿quién se pondrá mi abrigo
el próximo diciembre?
 ¿Y quién será el nuevo dueño
de mi casa y mis sueños
y mi sillón de mimbre?
 ¿Quién pondrá fin a mi diario al caer
la última hoja en mi calendario?
El verso que evocó esta canción es este: Vale más ir a un funeral que a un festival. Pues la muerte es el fin de todo hombre, y los que viven debieran tenerlo presente (Eclesiastés 7:2).
Conviene que recordemos lo efímero de nuestra vida, dice Salomón. ¿Qué viene a significar esto? Tendremos una mentalidad de peregrinos. El peregrino es alguien que está de paso en un lugar, y su manera de ver la vida es diametralmente opuesta a aquellos que están afincados en ese lugar. Perspectiva totalmente contrapuesta y que atraviesa toda nuestra existencia afectando hasta lo más mínimo. Por ejemplo, ya que somos peregrinos ¿no deberíamos?…

A. ¿Aferrarnos menos a las cosas? A los faraones los enterraban con sus cosas para el tránsito al otro mundo. Se han encontrado sus momias y todos sus enseres tal cual se pusieron en su tumba… no se pudieron llevar nada. Esto debería enseñarnos la futilidad de desvivirnos por el tener.
B. ¿Prestar más atención a las relaciones? Si lo material no es duradero, la huella más significativa que dejaré serán mis relaciones. Debería amar más y odiar menos. Pedir más perdón y decir más por favor. Valorar a las personas, disfrutar de ellas, reírme de sus ocurrencias, llorar junto a ellas y quedarme en silencio cuando haga falta.
C. ¿Tener los papeles al día? Debido a que viajo bastante siempre me preocupo por tener mi pasaporte al día. En cualquier momento puede presentarse un viaje y debo tener todo listo. En cualquier momento me puede llegar el llamado para hacer el último viaje y debería tener todo en orden… no porque me vaya a quedar, sino porque no tendré otra oportunidad en muchas cosas.
D. ¿Ocuparme más de lo espiritual? Para mucha gente esto es un tema banal. Creen que será mejor pensar esto, pero después. La Biblia dice: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios” (Amós 4:12) Acabo de volver de viaje. No conocía el país, no conocía las costumbres, pero conocía al pastor que me había invitado, que además es mi amigo. Así que cuando viajé estaba tranquilo porque sabía que él me iba a esperar, que todos mis asuntos estarían cuidados y que yo solo me tenía que preocupar de tomar los vuelos correspondientes. Pensando esto, hay gente que conoce a muchos que viajaron al otro lado, pero no conocen Al que está del otro lado. Un consejo: Mejor que te espere un amigo que un desconocido.
La particularidad de mi vida, haber perdido a un ser muy querido, hizo que la muerte fuera algo muy palpable desde mi niñez. Lo que para algunos niños no es un pensamiento habitual para mí fue natural. La muerte es una parte de la vida. Lo que yo decido es si es la parte final o la parte media de mi existencia.
  • Si no tengo una relación con Dios, será el inicio de un viaje de muerte eterna, una muerte que nunca acaba….
  • Si conozco a Dios, si he pedido perdón por mis pecados, si he creído en Jesús y tengo una relación con Él, es simplemente un puente que hay que cruzar, un viaje que hay que hacer de aquí a allá, un tránsito en medio de la vida… hasta la otra orilla donde me esperará mi amigo, me habrá preparado un lugar, habrá cuidado todos los detalles y estará conmigo para siempre.
Hoy es un día para verme a la luz de la eternidad. Mirar mis relaciones, tener mis asuntos en orden, aferrarme menos a las cosas, disfrutar más de la gente. Hoy es un día para reír más, preocuparme menos, servir a Dios con fuerza y disfrutar de cualquier momento de intimidad con Él. Pronto, no sé cuándo, estaremos juntos y hay algunas cosas que Él quiere que haga antes de mi partida… Le prestaré atención a éstas, para que cuando nos encontremos nos fundamos en un abrazo y yo le diga: Creo que siervo útil soy, porque lo que tenía que hacer eso hice. Espero que ese día Él me dé la bienvenida diciéndome: Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor. Sí, eso espero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario