domingo, 10 de mayo de 2015

Un hogar reducido a dos cojines - Actualidad

De una puerta de madera pequeña rodeada de escombros, se asoma Kumar con dos cojines en sus hombros y los ojos llenos de lágrimas. Parece que es por el polvo que aun cubre todo Katmandú, aunque en realidad es el resultado de rescatar solo dos almohadas de lo que fue su casa, lo que le llena de tristeza. Más de 7.000 personas han perdido la vida, hay miles de heridos y se calcula que ocho millones de personas necesitan asistencia, como consecuencia del catastrófico terremoto que azotó a Nepal el pasado 25 de abril.
Las réplicas se sucedieron después del gran seísmo de una magnitud de 7,8. Y todavía hoy, la gente sigue buscando un lugar donde refugiarse.
El parque de Tundikhe, a muy pocos metros de Durbar Square, complejo de templos patrimonio de la humanidad, es el lugar donde miles de personas encontraron un lugar seguro donde estar y procesar el trauma. Lejos de edificios que amenacen con desmoronarse, más de 11.000 personas construyeron sus refugios con telas, plásticos, palos y tubos que encontraron.
Rama, profesor de primaria, pudo huir con su familia, y vio cómo su casa se convertía en una enorme nube de polvo en un minuto, lo que duró ese primer temblor. Recuerda que no era día escolar. Lo destaca, con cierta tranquilidad, porque de lo contrario “hubiera sido una catástrofe”, dice. Es la primera frase que pronuncia sin mirar al suelo, como si esas palabras fueran lo único que le da esperanza ante el panorama que tiene a su alrededor.
En un país donde el 25% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, y el Estado no tiene recursos para satisfacer necesidades básicas como sanidad, agua potable y vivienda digna, este drama termina por colapsar de manera crítica a la sociedad nepalí. Las familias que se alojan en patios de escuela, parques y rotondas por toda la ciudad de Katmandú empiezan a experimentar carencias importantes; así, esperan la llegada de la ayuda humanitaria que contribuya a salvar vidas y reconstruir el país.

La llegada de la temporada de lluvias puede provocar inundaciones y condiciones de vida inhumanas
Las organizaciones cómo Oxfam Intermón, advierten sobre cuestiones básicas en las que se debe actuar de manera urgente. Primero, construir refugios para proteger a las personas de la llegada de la temporada de lluvias, que puede provocar inundaciones y condiciones de vida inhumanas. También, suministrar agua, ya que los sistemas de saneamiento han sido dañados y garantizar agua potable es vital. 
El parque de Tundikhe, a pocos metros de Durbar square, complejo de templos patrimonio de la humanidad, es el lugar donde miles de personas encontraron un lugar seguro donde estar y procesar el trauma.Otra de las cuestiones que es necesario abordar con rapidez es la distribución de comida, ya que los precios de los productos en el mercado se han disparado y muchas familias vulnerables, no pueden garantizarse un plato de comida. Asimismo, en este contexto de precariedad, la construcción de letrinas empieza a ser algo fundamental para la reducción de posibles brotes de hepatitis o cólera.
Y lo más importante, debemos orar por ellos. Dios les proveerá Su ayuda.
El hogar que se fue
En una casita de ladrillos y techo de zinc, colgada en la ladera de una montaña de Champi, en la zona rural del Valle de Katmandú, Ramila acompaña a una vecina que acaba de dar a luz. En esta parte de Nepal, el minuto de la tierra quebrándose también comienza ahora.
Sin cifras exactas de fallecidos y afectados, las zonas rurales y montañosas de Nepal son las más afectadas por el terremoto. Ramila recuerda cómo huyó de la casa de su vecina en busca de un lugar seguro: “Cuando todo se calmó, empezaron a crujir las casas, a desmoronarse y, después, solo había polvareda”.

Cuando todo se calmó, empezaron a crujir las casas, a desmoronarse y, después, solo había polvareda

Corrió por la calle de tierra que atraviesa el pueblo, mirando sin querer ver cómo las casas se derrumbaban, pensando sin querer, sentir que su hogar también estaría por los suelos.
En la segunda planta de su casa, Ramila recogió un póster con la foto de su hija que lleva dos meses casada, mientras la luz entraba tenaz por un enorme ventanal que alguna vez fue pared. A su lado, un sofá lleno de pedazos de ladrillos y polvo le da la espalda a la nada.
Estuvo toda su vida construyendo poco a poco esa casa con su marido, ladrillo a ladrillo, cada habitación. Mientras relata cómo levantó su vivienda, la voz se le entrecorta sabiendo que nunca más podrá tener “el hogar que se fue”.
Ahora la familia vive en un refugio construido sobre su plantación de maíz, con los plásticos que cubrían su invernadero de tomates. “¿Ahora qué vamos a comer? ¿Dónde vamos a cultivar?”, se pregunta la mujer. Mientras prepara un té se sienta en una banqueta de mimbre, y con la mirada hacia la casa, reconoce que lleva cinco noches sin dormir, que aún le tiembla el corazón.
Las montañas enteras cambiaron de forma. Y, con esa mutación, se llevaron la vida de miles de personas.


Rescatan a un pequeño de 4 meses que había quedado sepultado por los escombros tras el terremoto en Nepal



 
Las poderosas imágenes demuestran que siempre queda esperanza…
Cuando se rescata con vida a un ser humano sepultado por los escombros, tras un terremoto de tal magnitud, la sensación es de verdadera incredulidad. El milagro en este caso lo protagonizó un bebé de tan solo cuatro meses de edad, identificado como Sonit Awal. El pequeño estuvo bajo los escombros durante 22 horas, y fue rescatado por oficiales de la armada de Nepal, advertidos por el llanto del pequeño.
Según los últimos reportes y los exámenes preliminares, el bebé no presenta lesiones internas y se encuentra estable. Cabe señalar que los hechos ocurrieron en la ciudad de Bhaktapur, situada en el Valle de Katmandú, a 13 kilómetros al este de la capital y a 1.400 metros de altitud.
Las poderosas imágenes demuestran que siempre hay esperanza… Y es que el niño fue rescatado alrededor de 22 horas después del incidente, por lo que es realmente asombroso que haya sido encontrado con vida.

Las labores de rescate siguen activas en diferentes ciudades de Nepal, principalmente en Katmandú, y esperamos de corazón que los cientos de desaparecidos corran la misma suerte que este pequeño.
JESÚS dijo: “Dejad que los niños vengan a mi porque de ellos es el reino de los cielos”. Lucas 18.16

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