Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre. Salmo 100:5 (Nueva Versión Internacional).
De todos los supuestos amigos que yo pensaba que tenía, ninguno se relaciona conmigo en este momento, demostrándome con su actitud, que realmente nunca me quisieron y que solo teníamos una amistad por conveniencia, condicionada a lo que podía ofrecerles, y a lo que representaba en el contexto social en el que con ellos, me desenvolvía. Lo bonito de esta triste experiencia, es que he podido comprender realmente, el significado de la palabra amistad, y Jesús me ha revelado que un verdadero amigo primeramente es un hijo de Dios, porque solo los hijos de Dios pueden amar verdaderamente a las personas que se encuentran a su alrededor. ¡Claro! Ya lo entendía, ¿cómo podía esperar amor de aquellos a los que yo misma buscaba agradar todo el tiempo?; en aquel entonces yo no era una hija de Dios, yo no tenía a Cristo Jesús en mi corazón, entonces, ¿qué podía esperar?; comprendí que yo tampoco los amaba verdaderamente, que la amistad que tenía con ellos era simplemente un acto de formalismo y compañerismo, una amistad basada en la superficialidad del momento, en lo trivial que ofrece la sociedad y la cultura en la que estamos inmersos; por lo tanto, no podía esperar algo distinto porque yo no era diferente a ellos.
De todos los supuestos amigos que yo pensaba que tenía, ninguno se relaciona conmigo en este momento, demostrándome con su actitud, que realmente nunca me quisieron y que solo teníamos una amistad por conveniencia, condicionada a lo que podía ofrecerles, y a lo que representaba en el contexto social en el que con ellos, me desenvolvía. Lo bonito de esta triste experiencia, es que he podido comprender realmente, el significado de la palabra amistad, y Jesús me ha revelado que un verdadero amigo primeramente es un hijo de Dios, porque solo los hijos de Dios pueden amar verdaderamente a las personas que se encuentran a su alrededor. ¡Claro! Ya lo entendía, ¿cómo podía esperar amor de aquellos a los que yo misma buscaba agradar todo el tiempo?; en aquel entonces yo no era una hija de Dios, yo no tenía a Cristo Jesús en mi corazón, entonces, ¿qué podía esperar?; comprendí que yo tampoco los amaba verdaderamente, que la amistad que tenía con ellos era simplemente un acto de formalismo y compañerismo, una amistad basada en la superficialidad del momento, en lo trivial que ofrece la sociedad y la cultura en la que estamos inmersos; por lo tanto, no podía esperar algo distinto porque yo no era diferente a ellos.
Ahora comprendo que un verdadero amigo es aquel que ama a Dios con todas las fuerzas de su corazón, es aquel que te ofrece de ese amor que Dios le da, es aquel que te levanta en las dificultades, es aquel que se alegra por tus triunfos, es aquel que quiere verte victorioso en todas las áreas de tu vida, es aquel que desea tu felicidad y no tu derrota, es aquel que te ama aunque no tengas nada, es quien en todo tiempo se alegra de ser tu amigo, es quien siempre busca que tu confianza esté puesta en el Padre Celestial, es quien te invita a vivir conforme a la voluntad de Dios, es quien busca que tu amor por Dios crezca cada día más. Si tienes un amigo así, valóralo, porque es un gran tesoro.
En todo este tiempo he podido descubrir quiénes son realmente mis amigos, y he llegado a la conclusión de que ninguna persona en este mundo podrá ser tan fiel como lo es Jesús. Él es realmente un verdadero amigo, Él es el único que puede amar incondicionalmente, a alguien tan imperfecto como yo y tan imperfecto como tú. Con Él no tenemos que preocuparnos por lo que somos, pues Él nos ama con nuestras debilidades y con nuestras fortalezas. Él no nos juzga, nos ama sin esperar retribución alguna de nuestra parte; es más, nos ama tanto que aunque le fallemos Él siempre está ahí dispuesto a darnos su amor. Jesús supera todas las expectativas de un amigo, lo llena todo, es incomparable, Él es único y su amor es verdadero.
Deseo con todo mi corazón, que conozcas a Jesús como lo estoy conociendo yo, que Él te dé buenos amigos, personas que realmente te amen por lo que eres, que te ayuden a crecer en el amor de Dios y que siempre estén deseando lo mejor para ti, porque un verdadero amigo sólo puede amar de verdad si en su corazón tiene el amor de Dios, y no olvides que por muy buenos amigos que tengas, el amor que ellos te ofrecen nunca se podrá comparar con el amor que Jesús te da.
En todo este tiempo he podido descubrir quiénes son realmente mis amigos, y he llegado a la conclusión de que ninguna persona en este mundo podrá ser tan fiel como lo es Jesús. Él es realmente un verdadero amigo, Él es el único que puede amar incondicionalmente, a alguien tan imperfecto como yo y tan imperfecto como tú. Con Él no tenemos que preocuparnos por lo que somos, pues Él nos ama con nuestras debilidades y con nuestras fortalezas. Él no nos juzga, nos ama sin esperar retribución alguna de nuestra parte; es más, nos ama tanto que aunque le fallemos Él siempre está ahí dispuesto a darnos su amor. Jesús supera todas las expectativas de un amigo, lo llena todo, es incomparable, Él es único y su amor es verdadero.
Deseo con todo mi corazón, que conozcas a Jesús como lo estoy conociendo yo, que Él te dé buenos amigos, personas que realmente te amen por lo que eres, que te ayuden a crecer en el amor de Dios y que siempre estén deseando lo mejor para ti, porque un verdadero amigo sólo puede amar de verdad si en su corazón tiene el amor de Dios, y no olvides que por muy buenos amigos que tengas, el amor que ellos te ofrecen nunca se podrá comparar con el amor que Jesús te da.
El amigo siempre es amigo, y en los tiempos difíciles
es más que un hermano. Proverbios 17:17 (Traducción Lenguaje Actual).
es más que un hermano. Proverbios 17:17 (Traducción Lenguaje Actual).
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