sábado, 2 de mayo de 2015

¡Tengo una obligación!

Es frecuente observar a la gente reclamar por sus derechos, lo raro es que uno se exija a sí mismo las obligaciones que tiene cuando las circunstancias son importantes. Por ejemplo, tener la capacidad de negarse a la diversión teniendo el deber de estudiar para un examen, porque “tengo una obligación como estudiante”.
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Romanos 13.8
Porque de la misma forma que constantemente recibimos el amor de Dios, también tenemos la obligación de amarnos constantemente “unos a otros.”
El amar al prójimo cumple tres propósitos. Primero: es una bendición, porque mucha gente necesita desesperadamente muestras de amor, una palabra cariñosa, un abrazo, ver a alguien que se preocupa por ellos. Segundo: el cristiano que da amor muestra que Cristo está vivo en Él, y que lo conoce. Tercero: el que da amor cumple la ley.
Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Romanos 13:9-10
La ley describía con gran detalle, el comportamiento que los israelitas debían mostrar uno con otro, y con aquellos de más allá de su comunidad, pero lo resume todo con el “Amor”. La persona que ama a su prójimo no adulterará con el vecino/a, no matará; no robará a su prójimo; y no codiciará sus posesiones. La razón es simple: cualquier acción que pudiera lastimar al prójimo no concuerda con el amor.
Cuando Pablo dice que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, reconoce primero, que nos amamos porque solemos hacer, para nosotros, lo que nos viene mejor y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo,” significa que también debemos actuar según lo que sea mejor para nuestro prójimo.
No te enfoques solamente en pedir bendiciones para ti, porque tienes una obligación como hijo de Dios; tú di: “Tengo la obligación de amar”. Recuérdate a cada momento este deber y de esta manera te será más fácil hacer el bien a los que te rodean, perdonarlos, cuidarlos, y protegerlos, así como Dios hace con nosotros.
¡Antes de reclamar tus derechos, cumple tus obligaciones!

No hay comentarios:

Publicar un comentario