sábado, 25 de abril de 2015

Mamá,....¿yo?

El instinto maternal no existe por las buenas. Está para saber qué es lo que debemos hacer con nuestros hijos, cómo cuidarlos; para saber qué les pasa, qué es lo mejor para ellos. Todas las mujeres lo tenemos.
Una amiga me dijo que yo estaba equivocada, que cuando su pequeña nació, muchas veces no sabía qué hacer y que ella hasta se ponía a llorar con la enana. No es así: ¡todas lo tenemos y punto! El problema es que algunas decidimos hacerle caso y otras no. Algunas mamás se abruman con los consejos que les dan (la mayoría nunca fueron solicitados), tanto que no saben qué hacer o a quién hacerle caso. O tal vez se abruman por miedo de seguir con eso que sienten que podría funcionar, pero que por temor de hacerle daño a su bebé prefieren no hacerlo.

Al comienzo, cuando mi bebé lloraba sin razón aparente, me bloqueaba y no sabía qué hacer. En el fondo, algo me decía cuál podría ser el motivo de su llanto, pero me daba terror equivocarme y hacer que mi bebé llorase más, así que prefería pedir ayuda. Poco a poco me fui dando cuenta que mi instinto está para algo y que debo escucharlo siempre.

Yo sé que cargarla cada vez que llora no es mal acostumbrarla a estar en brazos, mecerla para dormir no hará que me lo siga pidiendo cuando tenga 20 años, o que duerma conmigo no la va a hacer dependiente de mi. Su desenvolvimiento como persona no está basado únicamente en sus primeros 2 o 3 meses de vida, sino que hay muchos factores que lo acompañarán a lo largo de su vida, y precisamente como padres, debemos aprender a guiarlos hasta que poco a poco se conviertan en personas independientes, seguras y con autoestima. Pero ante todo, que dependan de Dios. Es como enseñarles a montar bicicleta, o ¿acaso por acompañarlos y sujetarlos para que no se caigan hace que tengamos que hacerlo el resto de nuestros días? No, una vez que tengan confianza y seguridad suficiente, seguirán su camino solos.

Escuchen los consejos que les den pero decidan ustedes mismas preguntándole a Dios, y luego, de acuerdo a lo que su instinto les diga. Sobre todo escúchense ustedes mismas.

Besen a sus hijos, abrácenlos, díganles todos los días cuanto los aman, jueguen con ellos lo más que puedan. El tiempo pasa más rápido de lo que piensan, aprovéchenlo cuando sus hijos son pequeños, porque cuando se den cuenta ya estarán grandes y les dará vergüenza que estén encima de ellos.Darle amor a nuestros hijos no les malcría. 

Estos chicos deben encontrar a sus madres con los ojos tapados. ¿Lo lograrán?
Es una conexión única la que existe. Increíble cómo Dios hizo una conexión tan fuerte entre hijo y madre. Desde el vientre empieza una unión que dura toda la vida. Es inexplicable.
Míralos buscarlas y mira los rostros emocionados de sus madres, cuando ellos las encuentran. Gracias a Dios por haberlas creado así.
Todas las mujeres son ÚNICAS.



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