“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
“Si nuestra mayor necesidad fuese de información, Dios habría enviado un pedagogo o un periodista.
Si nuestra mayor necesidad fuese de tecnología, Dios habría enviado un científico.
Si nuestra mayor necesidad fuese de entretenimiento, Dios habría enviado un artista.
Si nuestra mayor necesidad fuese de dinero, Dios habría enviado un economista.
Pero como nuestra mayor necesidad era de perdón, Dios envió Un Salvador.”
¿Qué creemos ser nuestra mayor necesidad? ¿Dónde la buscamos? ¿Nos hemos aplicado con ahínco en esa búsqueda?
Si nuestra mayor necesidad fuese de tecnología, Dios habría enviado un científico.
Si nuestra mayor necesidad fuese de entretenimiento, Dios habría enviado un artista.
Si nuestra mayor necesidad fuese de dinero, Dios habría enviado un economista.
Pero como nuestra mayor necesidad era de perdón, Dios envió Un Salvador.”
¿Qué creemos ser nuestra mayor necesidad? ¿Dónde la buscamos? ¿Nos hemos aplicado con ahínco en esa búsqueda?
Todos nosotros anhelamos ser felices. Luchamos con determinación por nuestros ideales, y ninguna batalla será más dura que alcanzar la felicidad.
Trabajamos mucho para ganar bastante dinero, porque el dinero nos vuelve felices… ¿será así? Vamos a juegos, acudimos a fiestas, buscamos divertirnos lo máximo posible, porque la distracción nos vuelve felices… ¿será así?
Pero nuestro gran problema es buscar siempre las consecuencias de la dicha sin preocuparnos por el origen de la misma dicha. Gastamos nuestro tiempo con las “demás cosas” sin tener en consideración el “en primer lugar”.
En primer lugar, Cristo es la dicha. Con Él en el corazón, el primero, todo lo demás nos volverá felices. Si tenemos o no dinero, seremos felices. Si vamos o no a fiestas, seremos felices. La dicha no está en las demás cosas y sí en el Señor, quien transforma todos nuestros días en verdadera y total alegría.
¿Cuál es su mayor necesidad? ¿Alegría? ¿Amor? ¿Prosperidad? ¿Vida abundante? ¿Salvación? Todo eso usted lo puede encontrar en Jesucristo, el Rey de los reyes y Señor de los señores.
Él es la fuente de toda felicidad.
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