sábado, 4 de abril de 2015

Desatando El Cambio En Mi Vida

“Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces el vino romperá el odre, y se pierden el vino y también los odres; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos.” Marcos 2.22
El cambio es un tema que nunca acabará, pues vivimos en un mundo de cambio; hoy se habla del fenómeno del niño en cómo ha afectado el clima en el mundo, y mañana vemos una nación en crisis afectada por un gran terremoto, pero... ¿y qué hay de los “fenómenos” o “terremotos” que estás viviendo como persona en tu hogar o en tu trabajo? A diario la gente busca consejos, busca ayuda, quieren un cambio en su vida o ver un cambio en las situaciones que atraviesan. ¿A qué estás tú pidiendo un cambio?
¿Cuáles son esos cambios que siempre quisiste que sucedieran en tu vida? 
La mayoría de nosotros tiene el deseo de cambiar, cambiar su situación financiera, cambio de carreras o de trabajo, cambio de relaciones, hábitos, o incluso cambiar los malos pensamientos, la baja autoestima, la inseguridad y la desconfianza que hay en su vida. Todos tenemos ese deseo de cambio, y quienes creen que pueden hacerlo solos se sienten frustrados porque no lo logran. Pero el cambio viene de Dios, es Él quien produce e inicia el cambio.
“Nadie se baña dos veces en el mismo río.” 
Primero pregúntate: ¿Estoy preparado para los cambios que vendrán? Porque muchos quieren cambios pero no se preparan, piensan que si Dios los quiere cambiar, Él lo puede hacer. ¡Claro que lo puede hacer!, pero no lo hace porque es una elección que a ti te corresponde, y es tu responsabilidad asumirlo. Él produce el querer como el hacer, lo que me dice que debo hacer algo al respecto, es decir, yo tengo mi parte en el cambio. Y antes de hacer algo tenemos que prepararnos.
Antes de ir a la batalla de esos cambios,
1. Conoce tu motivo. ¿Qué es lo que te lleva a ese cambio?
La mayoría de nosotros queremos algo, pero realmente desconocemos por qué lo queremos. Por ejemplo: la mayoría pensamos que queremos una casa, pero lo que realmente buscamos es “la comodidad”, u otros que buscan “la seguridad”. Pero cuando tienes una razón poderosa, el cambio llega.

Otro ejemplo: algunas personas quieren renunciar a su trabajo para iniciar su propio negocio, y ese negocio les dará lo que andan buscando, que es libertad de tiempo y dinero para pasarlo bien con su familia y amigos. En fin, lo que ellos llaman “felicidad” y otros lo llaman “paz”.
Lo que verdaderamente, por ejemplo, te lleva a un cambio en el matrimonio, es la necesidad de sentirte amada, valorada y protegida,... también la necesidad de sentirte respetado, honrado y admirado. Entra en juego "la necesidad".
Tómate el tiempo para reflexionar, no solo pensar. Debes sentir lo que quieres ¿Qué quieres sentir? ¿Cuál es la sensación de estar allí? ¿Cómo está tu cuerpo ante la posibilidad de ese cambio? ¿Qué emociones se disparan ante ese inminente cambio que buscas?
2. Crear la intención de ganar ¿Quieres ese cambio?
Crear es un gran verbo. Dios es creador y nos creó a su imagen y semejanza. Nos dio la capacidad de crear y no de destruir. Dios no quiere la destrucción, Él no anda buscando la destrucción de nuestros hogares o negocios, Él no te creó para el fracaso. Su intención es siempre que ganes en todas las áreas de la vida. Antes de comenzar un cambio debes preguntarte:
¿Quiero realmente ese cambio?
Antes de hacer algo acerca de las cosas que quieres en la vida, pregúntate si realmente quieres. Antes de formalizar cualquier relación, cualquier empresa o negocio, y en cualquier batalla de la vida, asegúrate de quererlo realmente. No lo hagas porque otra persona lo quiera. Hazlo por ti. 
Sin una intención clara en lo que hacemos, será más difícil poner nuestro corazón en ello.
Y si realmente es lo que quieres, debes tener al menos la intención de cumplirlo. Recuerda que antes de entrar en cualquier lucha debemos saber qué tenemos para ganar, y la meta es ganar y ganar.
No hagas las cosas sólo por el hecho de hacerlas. Lo que hagas hazlo para ganar. Dios no patrocina fracasos.
3. Soltar lo que lo detiene. ¿Qué te detiene?
Hay muchas cosas tratando de impedir que ocurran los cambios, y necesitas despojarte de todo peso. Lo que te detenga tienes que dejarlo. Por ejemplo, si queremos perder unos kilos de má
s, lo que necesitamos es soltar la pereza, los malos hábitos alimenticios y hacer ejercicio.
Mi mayor enemigo soy yo, no son las personas que me rodean, no es el diablo. A veces dormimos dando pábulo al enemigo (malos hábitos, paradigmas, creencias o experiencias del pasado, actitud negativa, duda e incredulidad, miedos, temores, religiosidad,…) Necesitas identificar lo que te detiene y te está robando fuerzas, y como dice el Apóstol Pablo, despójate de tu vieja manera de vivir. Recuerda que está en tus manos dejar ir lo que te está deteniendo.
“Tus sueños deben ser más poderosos que tus temores” 
No puedes pretender alcanzar tus sueños, viviendo acompañado de temores. No puedes cambiar cuando te resistes al cambio. Si deseas cambiar y ser otra persona, lo viejo tiene que irse, tienes que soltarlo, tienes que empezar a vestirte de la nueva persona.
Hoy es un buen día para comenzar a desatar el cambio en tu vida. 


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