Gracias Señor, por mi vida, por el aire que respiro, por lo que tengo, por lo que sé y por lo que soy; gracias por mis seres queridos, por todo y todos los que son parte de mí.
¿Cuántas veces Señor, me bendices en el día?, y ¿cuántas veces te lo agradezco verdaderamente? Este es el momento para darte las gracias Señor, por todo aquello que me has dado a lo largo de la vida, gracias por darme el privilegio de haber sido llamado(a) por ti, gracias por haberte fijado en mí aún con tantas imperfecciones como tengo; gracias por tu fidelidad, por tu gran amor, por tu gracia y tu poder en mi vida. Gracias por cada una de las bendiciones que desde antes de formarme en el vientre de mi madre, ya habías apartado para mí.
Gracias Señor, por ser mi Amo, mi Señor y mi Protector. Gracias por darme el aliento que necesito para salir adelante, gracias por fortalecerme en tu amor, en tus caminos y en tu voluntad. Gracias por no desecharme, gracias por no dejar tu obra en mí iniciada o en la mitad, gracias porque te has propuesto lograr en mí cosas inimaginables, gracias porque lo que vas a hacer, sé que lo estás haciendo y sé que lo culminarás.
Gracias por todos los momentos de dicha, gozo, bendición y poder que me esperan a tu lado; gracias por las obras maravillosas que haces en mí y a través de mi, gracias por usarme y hacerme parte de la nómina del Reino de los Cielos, gracias por escogerme, gracias por confiar en mí.
Gracias por ser mi Dios de pactos, mi Señor Glorioso, Poderoso, Omnisciente y Fiel; gracias por tener el control de mi vida, gracias por encargarte de todo lo que es parte de mí; gracias por mi pasado, mi presente y mi futuro. Gracias Papito Dios, por TODO, en el nombre de Jesús. Amén.
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