“ALZAD LOS OJOS Y MIRAD A LOS CIELOS…” (Isaías 40:26)
Von Braun, el primer director del Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA, y a quien se le conoce como el pionero del programa espacial estadounidense, publicó un artículo en Mayo de 1974 en el que exponía: “No se pueden estudiar y analizar las leyes y el orden del universo, sin concluir que tiene que haber un plan detallado y un propósito detrás de todo ello. A medida que vamos conociendo más y más de la complejidad del universo, más razones tenemos para maravillarnos del diseño inherente sobre el cual está basado y más motivos para ser forzados a creer que existe una única conclusión posible; que todo en el universo ocurrió al azar violaría la misma objetividad de la ciencia…
¿Qué proceso aleatorio podría llegar a producir el cerebro humano o lo intricado de los ojos? Ellos (los evolucionistas) retan a la ciencia a que demuestre la existencia de Dios. Pero no neguemos la evidencia, ¿de verdad necesitamos encender una vela para ver el sol?… Ellos sostienen que no pueden concebir a un creador. ¿Acaso puede un físico visualizar un electrón? ¿No es una lógica extraña y absurda la que hace que muchos físicos acepten la existencia real del electrón, mientras niegan la realidad de un creador, porque no pueden percibirlo?”
Si existe un libro, es porque hay una editorial. Si hay un edificio, tiene que haber un arquitecto y un constructor. Si hay una obra de arte, tiene que haber un artista. “Alzad los ojos y mirad a los cielos: ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de estrellas una por una, y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan grande su poder, y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de ellas!” (Isaías 40:26 NVIC).
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