martes, 3 de febrero de 2015

Vencer con adoración

Cuando adoramos a Dios, Él amplia su Grandeza y pone de manifiesto que es fiel, justo, bueno, santo, honesto, y disipa la negatividad que estamos afrontando.
¿Ha visto alguna vez a su niño alzar sus manos hacia usted esperando ser abrazado? ¿Ha oído alguna vez decirle "gracias" sinceras por algo que usted le haya dado? ¿No estremece su corazón que ese niño se recueste en su regazo solo para pasar tiempo con usted?
-¡Siento que mi niño piensa que soy la persona más valiosa del mundo!
¿Sabía usted que cuando hace estas mismas cosas para El Señor, levantando sus manos hacia Él y diciéndole "Gracias" por todo lo que Él hace en su vida, consigue que Él se sienta bien? El hecho de que usted desee estar en su presencia hace que Él se sienta importante, siente que vale la pena. ¡Él es Asombroso!
Él es el único que solo con su voz y su palabra hizo existir al mundo, al cosmos y al universo y hasta está interesado en los detalles más pequeños y más íntimos de su vida.
¿Ha oído usted alguna vez la frase "¿No hay nada demasiado grande para nuestro Dios?" Bien, pues tampoco hay nada demasiado pequeño para nuestro Dios. Es igual que usted se enfrente a una situación más grande que la vida misma, o a algo que es un obstáculo muy pequeño, que ¡Dios quiere ayudarle a superarlo todo! Él le ama tanto... 
La llave para lograr resolver muchas circunstancias de la vida, es que su mente debe estar en el encuadre correcto, pero aún más que eso, usted debe estar en una actitud de Adoración.
La Palabra Adoración significa mostrarle a alguien que es valioso.
Quizá usted no sepa lo que es la Adoración. La Adoración no significa cantar canciones en la iglesia ni es un estilo o género musical. La Adoración es un estado del corazón y de nuestra mente hacia Dios.
La palabra Adoración significa mostrarle a alguien cuánto vale, en este caso Dios; aunque de sobra, sepamos que no hay nada ni nadie comparable, puesto que ¡Él es Increíble!.
¡Él se merece nuestro agradecimiento, nuestro amor, nuestra admiración, nuestro todo.

Cuando los tiempos son duros, con frecuencia olvidamos las cosas buenas que Dios nos ha dado o lo que ha hecho por nosotros, y tendemos a enfocarnos en lo que tenemos delante de nosotros. Comenzamos a magnificar las cosas negativas que nos suceden, y éstas consumen nuestros pensamientos y nuestras acciones; pero cuando comencemos a mirar estas cosas de manera diferente, nuestra situación cambiará. Dios promete en Su Palabra, que la Alabanza y Adoración siempre anticipan la victoria.

¡En los antiguos tiempos bíblicos, el ejercito de Israel solía enviar cantantes, bailarines y músicos a enfrentarse al ejercito enemigo, antes de enviar a sus guerreros. Para nuestras mentes naturales todo esto no parece lógico, pero en el reino de lo sobrenatural estas cosas son las que operan. Cuando toda posibilidad está en nuestra contra, y nos enfrentamos a nuestros mayores enemigos, el miedo, la depresión, la ansiedad, la duda, la ira, la frustración,... sea lo que sea que se nos presente, podemos elevarnos por encima de todo esto por medio de la Alabanza y Adoración a nuestro Dios. Podemos subir a través de la Alabanza y la Adoración, hasta nuestro Dios

Cuando adoramos a Dios, Él amplia su Grandeza y pone de manifiesto lo que Él es. Él es fiel, justo, bueno, santo, honesto y disipa la negatividad que estamos afrontando. Comencemos por darle gracias a Dios por todas las cosas buenas que ha traído a nuestra vida y miremos las circunstancias que nos rodean. La Biblia nos anima a acercarnos al Señor como si fuésemos niños pequeños.
Acercarnos a nuestro Padre Celestial y pedirle que nos abrace, dándole gracias por amarnos, por proveer para nosotros y mantenernos a salvo. Entrar en su presencia, escuchar algo de música que dé ánimo a nuestro espíritu; leer su Palabra del Nuevo Testamento son una gran manera de llegar a conocer al Señor Jesús. Sobre todo, decirle al Señor con nuestras propias palabras, lo que sentimos por Él, ya que Él está a la espera de oír nuestra voz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario