viernes, 13 de febrero de 2015

No te quedes en el "¿por qué?", sigue al "¿para qué?"

“Su espina dorsal quedó fijada en la posición de un ángulo recto, como una bisagra herrumbrada. Los músculos de su espalda se anudaron para ayudar a soportar el peso de tan severa curvatura, y los nervios dorsales quedaron aprisionados entre las vértebras mal alineadas”.
por queLa mujer encorvada estuvo así durante dieciocho años, ¿cuántas veces se preguntaría por qué?  Pero saber el por qué no sirve de nada, no te consuela ni te alivia. Uno tiene que seguir caminando para encontrar el qué voy a hacer con eso (las luchas). Los que se quedan en el por qué tienen un deje de culpa interna. La culpa tiene que salir, tiene que haber un momento que saltemos a preguntarnos qué voy a hacer con lo que me pasa, ¿para qué?, esa es la cuestión.
¿Cómo hizo esa mujer para lograr su sanidad? porque ella aún encorvada y todo, SIEMPRE CAMINABA CON DIOS.
Hay gente que les pasó de todo y ahora están mejor que antes, eso se llama resiliencia: es la capacidad de las personas de generar recursos que desconocen hasta que pasan por una situación traumática, y no solo la atraviesan sino que la superan, son transformados y son capaces de ayudar a otros.
 Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40.31
Los que confían volarán: tendrán fuerzas para atravesar las crisis. Las águilas buscan donde vieron el sol la última vez, tú tienes que volar y pensar dónde viste a Cristo la última vez.
“Correrán”: correrás la carrera y vas a alcanzar los premios; tendrás fuerzas para correr. Pablo corrió la carrera y la ganó. Donde otros abandonan, las fuerzas de Dios te van a acompañar.
“Caminarán”: después que vuelas y corres no quieres caminar, pero es lo más importante. Si yo camino con Dios, sé volar y sé correr. Eso nos habla de comunión, que Isaías lo pone al final: APRENDE A CAMINAR CADA DÍA A SOLAS CON DIOS.
Caminar media hora al día te mejora los huesos y te oxigena. Quizás ahora estés sentado, pero estás caminando porque estás en comunión con el Señor. Puedes sobrevolar muchas tormentas y tener muchos premios, pero lo que te va a sostener es tu caminar con Dios, tu relación con Él.
Cuando caminas con Dios, Él te va a tratar de una manera específica, no hay fórmulas, tienes que aprender que Dios te trata a ti. Nadie siente tu dolor, nadie puede entender lo que te pasa, sólo tú y el Señor. Dios tiene un trato privado con cada uno y eso viene por caminar con Él.
Tendrás sabiduría para prevenir muchos dolores. Todos tenemos historias tristes, pero ¿de cuántas nos libró el Señor?, ¡cuántas intuiciones del espíritu hemos seguido y nos libró el Señor!
En un momento determinado, el Señor Jesús le dice a la mujer encorvada: “mujer eres libre de tu enfermedad”. Jesús apoya las manos sobre los hombros encorvados. De inmediato se aflojan los músculos que estaban apretados como un puño, las vértebras toman su debido lugar y los nervios, antes aprisionados, quedan en libertad.
Ella se estira hasta alcanzar una postura erecta. En esos instantes, se desploman a los pies del Salvador dieciocho años de desdicha acumulados en su espalda. Ella alza sus manos y vuelve los ojos al cielo y alaba a Dios.
Tu crisis actual no es tu “destino”, es sólo una “estación”, una parada temporal con fecha de vencimiento. No hagas de tu “estación” tu destino final.
Lo que mantiene el problema vivo no es el problema en sí, sino lo que hacemos para resolverlo y que no da resultado. Repetimos una y otra vez las posibles soluciones que no solo no lo resuelven sino que lo mantienen vivo.
Pídele a Dios que te dé una idea profética, o sea, un cambio; entonces generas un espacio espiritual para que Dios te dé una idea nueva, y “te dará la piedra con la cual vas a derribar al gigante”, y será distinta a todo lo que venías haciendo.
Cuando a Jesús le presentaron a un sordomudo se lo llevó aparte, hizo contacto con él en la intimidad y allí lo sanó, y miró hacia arriba y dijo: “efata” ¡ábrete! la solución va a venir del cielo. Cuando estés a solas con Él y camines con Él, recibirás la idea profética, y ¡TODO LO QUE ESTABA CERRADO SE ABRIRÁ!

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