miércoles, 25 de febrero de 2015

Mapamundi - Reflexiones

Un científico, preocupado por los problemas del mundo, se decidió a encontrar los medios para disminuirlos. Pasaba días y días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente, se encontró con una revista en la que había un mapa con el mundo, ¡justo lo que precisaba! Con unas tijeras, cortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta, se lo entregó a su hijo diciendo: “como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie”. Calculó que al pequeño le llevaría unos 10 días recomponer el mapa, pero no fue así.
Pasadas solo algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba tranquilamente. -”Papá, papá, ya lo hice todo, conseguí terminarlo.
Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que nunca había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo propio de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posbile? ¿Cómo había sido capaz?
- Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
- Papá, yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí componer al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo.
1ª Timoteo 4:12
Ninguno tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza.
Efesios 5:1
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
Tito 2:7
Mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; haciendo ver integridad, gravedad.
1 Pedro 2:21
Porque para esto sois llamados; pues también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas.

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