Las personas van y vienen, y el tiempo pasa sin remisión dejando atrás todos esos momentos, pero solo el verdadero amor queda en nuestro recuerdo para siempre; perdura imperturbable durante toda nuestra vida; los recuerdos jamás serán olvidados, pero una cosa sí es verdad, la vida sigue sin pararse por ninguno de nosotros.
Estemos bien o mal, tristes o alegres, solos o acompañados, la vida sigue. Cada día que pasa nos vamos acercando más a la terminación de otro año.
¡Cómo pasa el tiempo!, pensaba, mientras me miraba en el espejo y contemplaba mi imagen reflejada, descubriendo en mi rostro, cómo ha pasado el tiempo poco a poco, pero debo continuar luchando por las cosas que más amo, esas que si no lo hiciera así, perdería sin remisión.
Pese a todos nuestros esfuerzos en mantener la rebeldía por mantenernos jóvenes, nos damos cuenta y llegamos a la conclusión, de que la vida sigue.
Aún así, procuraré no pararme y seguir luchando para que no me quede alejado del tiempo y continúe en esta vida algún tiempo más; el pasado es pasado y hay que vivir nuestro presente, siempre pensando en un futuro, pero eso sí, disfrutando del presente que es el que nos da las penas y alegrías.
Dado que la vida sigue nos paremos nosotros o no, disfrutemos de todos los momentos de este presente, porque el pasado quedó atrás, el futuro llegará, pero hasta entonces es el presente el que siempre quedará.
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