Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá Bien.
Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová.
Bendígate Jehová desde Sion, Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida,
Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.
Definitivamente, cada día estamos expuestos a afrontar un sinfín de situaciones que al llegar la noche nos dejan cansados, turbados, preocupados, y lo peor de todo, sin una solución, y sin saber qué hacer. Entonces llega el momento en que no queremos saber nada de la vida, solo llorar y aferrarnos a Dios, no queremos nada más que estar en su presencia.
¨Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos¨ (Vs 1).
En ocasiones nos da miedo tomar una decisión que vaya en contra de la voluntad de Dios, o en contra de lo que somos en Él. Para nadie es un secreto que andar por los caminos de Dios y seguir a Jesús no es nada fácil, que nos acarrea muchos inconvenientes, pero vale la pena. A veces nos ganamos algunos problemas por defender la verdad de Cristo, por hacer las cosas que a Él le agradan y no las que el mundo quiere. Es nuestro temor a Dios el que nos hace actuar así, de manera correcta. Y por ello, su palabra nos recuerda que seremos bendecidos por obedecer y agradarle.
Una de nuestras mayores cargas es el trabajo; que nos afecta tanto tenerlo como no tenerlo. Es una de las causas de haber diferencias en nuestra familia, esposo, hijos, amigos, ministerio, etc., puesto que nos demanda tiempo y entrega, pero no medimos que todo en exceso es malo. Por eso Dios nos promete que estaremos tranquilos con nuestro trabajo, que nos irá bien y le sacaremos el provecho necesario a esa labor; siempre y cuando sea un empleo que nos dé tiempo para compartir con los seres queridos y sobre todo, nos permita estar con Dios. ¨Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien¨ (Vs 2).
Otra de las áreas fundamentales en nuestra vida es la familia ¨Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová ¨ (Vs 3-4). Partiendo de que el hombre es la cabeza del hogar, nosotras como mujeres, debemos respetar eso para no darle cabida al enemigo. Somos ayuda idónea y como tal nos debemos comportar, como unas damas y princesas del Reino. Debemos ser diligentes y cumplir con todo lo que nos corresponde, pero también el hombre debe valorar nuestra labor y comportarse como el líder que es en el hogar, para que así, juntos formen hijos sedimentados en la palabra de Dios, que sirvan de ejemplo y permanezcan fieles al Señor. Pero todo parte de nuestra labor como padres, no podemos exigirles a nuestros hijos lo que no les hemos dado, y mucho menos lo que no les hemos enseñado.
¨He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion, Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel¨ (vs 4-6).
De nuestra relación con Dios dependen las demás áreas de nuestra vida. En los versículos anteriores vemos que solamente el tener temor de Dios y obedecerle, trae bendiciones muy grandes en nuestra área espiritual, familiar, y laboral.
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