sábado, 24 de enero de 2015

Siervo De Abundancia - Crecimiento personal-espirtual

Tiempo atrás, atravesé una etapa de cansancio. Había ministrado varios días viviendo un hermosa actuación del Espíritu Santo en cada lugar donde me tocó ministrar, pero aun así, después de esta hermosa experiencia, me sentía tan agotado que me llevó a confrontar al Señor en oración de esta manera:
-“Oh Señor, nunca me he sentido tan cansado en toda mi vida como hoy. Es como si no pudiera continuar. Mi mente está tan agotada que no creo que pueda llegar a dar mi próximo mensaje. Tienes que venir y quitar esta pesada carga que has puesto en mi vida, en el ministerio, solo Tú puedes dar fuerzas a mi vida. Señor, por favor, ayúdame”.
El Espíritu Santo vendría y me ministraría, pero no de la manera en que yo deseaba lo iba a hacer; yo quería una muestra de cariño, aliento y comprensión. Y aunque todas estas cosas sucederían, serían diferentes a como yo esperaba que fueran.
Progresivamente, el Señor me guió a 2ª Corintios 9:6-11, diciéndome que todo lo que necesitaba figuraba en el pasaje de esta Escritura.
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón, así que vamos a darle, no con tristeza, ni por necesidad. Porque Dios ama al dador alegre.
“Y poderoso es Dios para hacer que toda gracia abunde en vosotros, que, teniendo siempre toda suficiencia en todas las cosas, abundéis para toda buena obra: (Como está escrito: El que tiene la dispersión, se ha dado a los pobres: su justicia permanece para siempre.
“El que da semilla al que siembra y pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia;). Ser enriquecidos en todo para toda bondad, que hace a través de nosotros acción de gracias a Dios.” (2 Corintios 9:6-11).
Leí y releí el pasaje, pero para mí, no lo encontré totalmente de aplicación . Finalmente, cerré mi Biblia y oré: “Señor, estoy confundido. No veo aquí nada que pueda ayudar o alentarme en mi vida”.
En el contexto de estos versículos, Pablo estaba hablando a la iglesia de Corinto de cómo debían preparar una ofrenda, que iba a ser destinada a los santos que sufrían una gran hambruna en la ciudad de Jerusalén. Les instaba a dar generosamente, pero no de mala manera sino como los macedonios, que habían ofrendado a pesar de su pobreza.
Entonces pregunté: ¿Señor, qué tiene que ver todo esto conmigo, si estoy en la necesidad del abatido, del agotado y aún debo ayudar a aquellos cuyos recursos se hallan en quiebra? ¿Qué es lo que quieres decir?
Y el Espíritu me habló con firmeza, pero a la vez amorosamente a mi hombre interior: esto tiene que ver con la forma en que servimos a Dios, no solo dar dinero o ayudar a los pobres, sino con servir a Dios con un espíritu generoso y alegre.
-“Te llamé al ministerio no para vivirlo en escasez y miseria. Todo lo que necesitas está a tu disposición. La fuerza, el reposo, la energía, la capacidad, el gozo y el ánimo. No hay razón para que tu trabajo sea con tristeza y sobrecarga. Tienes acceso a toda la fuerza y alegría".
Esta experiencia me enseñó por el Espíritu, algunas lecciones muy importantes que me gustaría compartir:
1. Cuando Dios nos llama a un trabajo específico, Él ya ha provisto todo lo que necesitamos para llevarlo a cabo con frescura y alegría.
“Y poderoso es Dios para hacer que toda gracia abunde en vosotros, que, teniendo siempre toda suficiencia en todas las cosas, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).
Piensa en lo que se está prometiendo aquí: Cuando estás cansado y no crees poder ir más lejos, Dios es capaz de revitalizar todo lo que necesitas, en todo momento, en cada posible situación.
Esta promesa incluye el poder para evitar que caigas. Muchos cristianos caen totalmente por miedo y pierden la meta. Tienen miedo de que de alguna forma, 
el diablo los atrape y solo caminan en un llanto continuo delante de Dios.
Pero piensa que no importa lo poderosa que pueda ser la tentación o cuánto desánimo provoque tu falta de resistencia, porque Dios dice esto acerca del poder que hay en su nombre: Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, Judas 21(RVR)
Es como si el Señor estuviese diciendo: “¡Escuchen, todos ustedes los que son pastores! ¡Escuchen, todos los que se congregan fielmente a mi casa y ministran en la oración, en la alabanza y en la intercesión! Quiero darles una profusión de fortaleza, esperanza, gozo, paz, descanso, bienes, quiero darles estímulo y sabiduría en abundancia. De hecho, quiero que tengan abundancia en todo lo que necesiten y en todo momento”
Dios nunca tuvo la intención de que fuéramos pobres espirituales, pobres en las cosas del Señor. Al contrario, el siervo abundante es el que goza de una revelación de todas las maravillosas disposiciones que Dios ha preparado para él, y camina con verdadera fe tras esta revelación.
2. Puesto que Dios ha prometido bendecirnos de manera abundante, espera que le demos todo lo que tenemos con todo nuestro corazón. Dios no acepta a regañadientes el servicio de nadie.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para el hombre” (Colosenses 3:23).
“Con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, con todo lo que está dentro de ti”
Pablo escribe: “Cada uno dé como propuso en su corazón, así que vamos a darle: no con tristeza, ni por necesidad (de mala gana)…” (2 Corintios 9:7). El apóstol hace una doble aplicación en esta cuestión de dar: tiene que ver con nuestra disposición en las finanzas, y con la entrega de nuestras vidas a la obra de Dios.
Pablo escribió que la iglesia en Macedonia, literalmente, le rogó que les permitiera hacer una colecta para la pobreza que sufrían los santos en Jerusalén. Estos macedonios estaban tan completamente entregados al Señor, que ellos mismos dieron de su misma pobreza. En ese momento, ellos estaban atravesando una situación peor que la Jerusalén a causa de la guerra. Su economía se había desmoronado, la depresión los había golpeado y todo estaba fuera de control. Sin embargo, a pesar de toda la anarquía y el caos, dieron todo de lo que tenían, por encima de su capacidad, con generosidad.
Pablo expresa que los macedonios dieron mucho más que dinero. Ellos le dijeron: “Aquí está nuestra ofrenda. Ahora, ¿qué quieres que hagamos? Ofrecemos nuestros servicios a la obra de Dios”… Pero antes se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios” 2ª Corintios 8:5.
3. Finalmente, Dios espera que le sirvan con alegría, sin murmuraciones ni quejas. Si vas a brindarte por entero al servicio del Señor, deberás hacerlo con alegría.
“… Porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).

Cada vez que me siento cansado, recuerdo este pasaje en el que Dios me llamó a ser un siervo de abundancia, que me llamó al ministerio para que caminara con la frescura de Dios en mi vida.
Dios está diciendo: “Hagas lo que hagas en tu trabajo para mí, trátese de interceder, adorar en mi casa, o la búsqueda de mí en tu lugar secreto, hazlo con gusto, alegría, con generosidad, con todo (tu dinero, tu servicio, tu tiempo, tu vida). ”¿Vas a servir al Señor sintiéndote un cero a la izquierda y con poco valor?, o ¿es solo una carga que sobrellevas con tristeza y cansancio?
Dios no quiere que te quejes de tus cargas, Él quiere que sobrelleves todas las cosas en tu vida echando mano de su Palabra.
Dios tiene un talonario de cheques para tus recursos. Te está diciendo: “Ya he preparado provisión para ti. ¿Cuán grande es la necesidad en tu vida que no pueda ser suministrada más de lo necesario por Mí? ¿Qué tipo de cansancio o de carga es tan pesada que no te pueda dar gran fuerza para resistirla? Lo único que te falta es fe”.
¿Te sientes como el último de la fila? ¿Cansado, abatido, a punto de renunciar? ¿Puede alguien o algo en el cielo o en la tierra, separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús?
¡No! ¡Nunca!
'Este es un Salvador generoso! ¡Nos hemos convertido en ricos espiritualmente gracias a todos sus recursos para con nosotros!

“Al ser enriquecidos en todo para toda bondad, que hacía a través de nosotros acción de gracias a Dios” (2 Corintios 9:11).
Confesemos cualquier murmuración y queja que pueda haber sembrado un sentimiento de culpa en el corazón con una actitud de desesperación. 'Renunciemos a todo ante el Señor ahora mismo.
“Señor, Tú me has hecho rico hoy. Soy rico en fuerza porque Tú me dijiste que tengo todo lo que necesito en todo momento. A partir de ahora, cuando me sienta cansado, en lugar de quejarme, recordaré que he sido llamado a ser un siervo de abundancia y que Tú tienes, y me das, toda la fortaleza que necesito para que pueda acabar mi carrera con alegría y frescura“
Declaro en el nombre de Jesús, que Dios levanta siervos de abundancia en toda nuestra nación para la extensión de su reino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario