domingo, 11 de enero de 2015

Escuchar la voz de Dios

Uno puede creer que escuchar a Dios es fácil, pero tenemos un enemigo que no quiere que lo hagamos. 
Las personas podrían caminar en la perfecta voluntad de Dios si aprendieran a escuchar su voz.

No es raro que la gente responda con incredulidad cuando escuchan a otro decir que Dios le habló. En estos tiempos modernos, hasta los cristianos parecen creer que el Dios de Abraham y Moisés de repente se quedó mudo. ¡Qué noción tan ridícula! Si en lo natural, como padres, no podemos esperar que nuestros hijos sepan lo que queremos que hagan a menos que se lo comuniquemos, entonces ¿cómo es posible que nuestro Padre celestial no haga lo mismo con nosotros?
La Biblia nos enseña que Dios tiene un buen plan para todos aquellos que ponen su fe en Jesucristo. Su plan es perfecto, y llevará a todo el que lo siga a una vida en abundancia.
Pero muchos cristianos nunca han disfrutado el cumplimiento del plan perfecto para su vida porque no escuchan y obedecen la dirección de Dios. Lo que hacen es escoger, a sabiendas o por ignorancia, seguir su propio rumbo. Pero esas personas podrían caminar en la perfecta voluntad de Dios si aprendieran a escuchar su voz.
Escuchar a Dios es vital para disfrutar de su plan eterno, pero escucharlo es decisión nuestra, nadie la puede tomar por nosotros. Dios no impone su voluntad en nosotros. Sin embargo, Él hará todo lo que pueda para animarnos a decirle sí a su dirección.
Dios nos habla de muchas maneras, incluyendo a través de su Palabra, de la naturaleza, de la gente, circunstancias, de la paz, de su sabiduría, por intervención sobrenatural, sueños, visiones, y por el "testigo interno". Este testigo interno se describe como el reconocer, muy en el interior, la sutil voz del Padre. 
Con tantas opciones, uno se creería que escuchar a Dios es fácil. Pero tenemos un enemigo que definitivamente, no quiere que escuchemos a Dios. También está el mundo natural, que nos llena los oídos con toda clase de pensamientos que ahogan su voz y la echan al fondo.
Jesús dijo: "Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará" (Lucas 8:18).
Cuando Jesús caminó por la tierra, siempre supo hacer lo correcto porque hizo lo que vio en el Padre. Pues como nuestro Señor, podemos confiar en Él en que nos guiará por el camino correcto. El Salmo 48:14 dice que ¡nos guiará más allá de la muerte!
Queremos ir por nuestra propia cuenta para hacer lo que queramos, cuando queramos, pero terminamos perdidos y perdiendo tiempo. Necesitamos al Espíritu Santo guiándonos cada día. Dios está comprometido para guiarnos, de manera que es obvia la importancia de aprender cómo escuchar lo que está diciendo.
Aprender a escuchar a Dios y ser guiado por el Espíritu Santo es muy emocionante. Su plan es siempre el mejor, pero corremos el riesgo de perdernos si no aprendemos a escuchar y obedecer la voz de Dios.
El Señor quiere guiarle paso a paso a las maravillas que tiene reservadas para usted. Él se preocupa por los más pequeños detalles de su vida. Se preocupa por los deseos de su corazón y quiere revelarle la verdad que lo hará libre de cualquier miedo o preocupación.
A través de Cristo y del poder del Espíritu Santo, Dios quiere hablarle de frente, cada día. ¿Abrirá usted los oídos?

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