lunes, 21 de abril de 2014

Hoy… Veré Tu Luz En La Oscuridad

“y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.” Hechos 12:7.
Dios es Luz. Donde está Dios no hay tinieblas. Su luz disipa las sombras más tenebrosas que puedan venir sobre nosotros.
Me sentía apesadumbrado, y en medio de la noche más oscura, un rayo de luz vino sobre mí.
Si, a veces en el ministerio nos sentimos como en una cárcel y sin un rayo de luz cerca de nosotros. Pero si hemos mantenido una vida devocional activa, en cualquier momento la luz resplandecerá por nosotros o a favor de otros.
Una época me sentí sin luz, como si una sombra se hubiese puesto sobre mí. Perdí en esos días, el deseo de orar y de buscar el resplandor de su gloria, mientras la tristeza me rodeaba. Oraba, sí, pero sin fervor, y no quería sentirme así. Al sexto día de ello, entré en mi oficina para orar pero con el mismo sentimiento, y mientras oraba sin ánimo y deseo, de pronto sentí que la sombra que me oscurecía se rompió y sentí algo así, como un rayo de luz que entró e iluminó mi mente. La tristeza desapareció y volví a sentir el anhelo y la alegría. Salí de la oficina y me dije: “Se acaba de romper lo que por seis días he sentido”.
Dios movió a otro líder a interceder por mí y un rayo de luz llegó a la cárcel. Vale la pena renovarnos cada día en la vida devocional.
No importa las sombras que puedan llegar sobre mí hoy, la oración es el recurso dejado por Dios para pedir que su luz venga; así como el verso de Hechos 12:7 narra que la luz vino a la cárcel donde Pedro se encontraba, La Iglesia oraba y Dios. como respuesta, envió Luz.
Señor, este es un gran día para ver tu luz en mí, sobre mí y alrededor de mí. Gracias por dejarme la oración, como el maravilloso medio para recurrir a ti en medio de la noche más oscura. Hoy confieso que veré tu luz. Amén.

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