Cuenta una historia que, había una vez un científico que descubrió el arte de reproducirse a sí mismo tan perfectamente, que resultaba imposible distinguir el original de la copia.
Un día se enteró que le andaba buscando el ángel de la muerte y, fiel a su descubrimiento, hizo doce copias de sí mismo.
Al llegar al lugar donde se encontraba el científico con sus doce copias, dijo: “Debe ser usted un genio, señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo; sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto, un único y minúsculo defecto”.
El científico dio un salto y gritó: “¡Imposible! ¿Dónde está el defecto?”
“Justamente aquí”, respondió el ángel, mientras tomaba al científico de entre sus reproducciones y se lo llevaba consigo. “Todo lo que hace falta para descubrir a nuestro "ego" es una palabra de adulación o de crítica”.
El ego es una de las herramientas más eficaces para autodestruirnos. La arrogancia, el orgullo, y la altivez, siempre jugarán en nuestra contra. No importa lo bueno que seas en lo que hagas, que si no eres humilde y reconoces que es de Dios de quien provienen tus dones, inteligencia, talentos y todo lo que posees, no llegarás a ninguna parte.
“La verdadera humildad y el temor del Señor conducen a riquezas, a honor y a una larga vida”. Proverbios 22:4
Estos son los componentes básicos del verdadero éxito, que todos deberíamos tener presentes en nuestras vidas: Humildad y temor del Señor. Sólo así alcanzaremos nuestros sueños y tendremos una vida que trascienda e impacte a los que nos rodean.
No dejes que tu vida se vea truncada por no reconocer al verdadero autor de lo que somos y tenemos.
No dejes que tu vida se vea truncada por no reconocer al verdadero autor de lo que somos y tenemos.
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