“Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” (Filipenses 1:2)
Las mismas circunstancias que subyugan a los demás no te subyugarán a ti, si eres “agraciado” para saber dominarlas. ¿Cómo le fue posible a Pablo mantener el gozo al sufrir palizas, engaños, naufragios y encarcelamiento? Fue porque Dios le dijo: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9b). La gracia te capacitará para pastorear una iglesia difícil, o cuidar de una apreciada persona mayor que requiere mucho tiempo y paciencia, orar y nunca dejar de tener esperanza en un hijo/a pródigo/a, o mantener tu fe firme frente a problemas abrumadores.
¿Cuándo llega la gracia?
¿Cuándo llega la gracia?
¿Cómo llega la gracia?
“Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros…” (Hechos 20:32). Allí está; entre las páginas de la Palabra de Dios hallarás la solución o la gracia para manejar la situación, aprender y salir fortalecido. Así que la palabra para vosotros hoy es: “Gracia… a vosotros…” (Filipenses 1:2).
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