¡Cómo olvidar todo, cómo olvidar lo que podemos llegar a amar, pero también cómo olvidar lo que podemos llegar a odiar a quien nos hace daño. De acuerdo, odiar no está inicialmente en nuestra naturaleza, pero no nos podemos engañar porque por muy buenos que seamos, siempre nos queda un pequeño lugar donde albergar ese rencor que aunque no llegue a ser odio, siempre estará presente en el camino de nuestra vida.
Yo reconozco que pasé por ese odio, pero gracias a Dios no me consumió y me ha permitido seguir siendo quien hoy soy, tal vez gracias a otro corazón bondadoso y cariñoso que me hizo comprender ese refrán que tanto suena, "no hay camino en el amor sino el que nosotros mismos hacemos día a día".
Por eso espero que este camino que hoy encuentro en mi caminar, sea bonito y no lo olvide, pudiendo así, hacer ver a la persona que se cruzó en mi camino lo que la puedo llegar a amar.
Por eso os digo: apreciad lo que tenéis ahora que lo tenéis, no lloréis luego una vez lo perdáis. No olvidéis que en el amor nada está escrito, todo lo escribimos día a día con la sangre de nuestro corazón.
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