domingo, 2 de noviembre de 2014

Nada puede separarnos del amor que Dios nos tiene

El amor de Dios es eterno
 “Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente ni lo futuro, ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús, nuestro Señor!“ Romanos 8:38-39
Dios es amorTodo el mundo debería conocer este pasaje bíblico. Saber que no hay nada que pueda apartarnos del amor que Dios siente por nosotros. Que no importa lo que se interponga en nuestra vida. No importan los errores que hayamos cometido, incluso si los estamos cometiendo ahora mismo, Él nos ama igual. Que no importa el pecado en que estemos envueltos, porque Él nos ama con amor eterno e inimaginable. ¡Qué divino amor!
En caso de que estemos muy enojados con Dios, resentidos por lo que no tenemos, airados por lo que hemos perdido; aunque estemos en la vejez o al borde de la muerte, la promesa sigue siendo la misma.. ¡Nada nos separará de Su amor! “¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la muerte violenta…? Romanos 8:35
Muchos viven considerando a Dios como castigador, exigente o indolente; pero están tan lejos de la realidad.... Dios es amor.
Este versículo me llena de paz, pues a pesar de mi vida en el cristianismo, me place saber que si cometo algún error, si llegara a flaquear, si llegara a desanimarme, Dios seguiría amándome igual. Así que, yo podría volver confiando que Él me recibiría con sus brazos bien abiertos, me llenaría de besos y diría como el padre al hijo prodigo en Lucas 15, -¡Hagamos fiesta que mi hijo ha regresado!
No hay amor comparable con el amor que Dios tiene por nosotros. Somos su creación, Él es nuestro Padre. Si has estado apartado del camino, ven confiado al encuentro de tu amado Dios, quien te espera para darte lo mejor. Y si aún no has experimentado un encuentro con Jesús, entrégale tu corazón hoy, ¡Habrá fiesta en el cielo por ti!
Señor, no conozco sobre la tierra un amor que ofrezca lo que Tú me prometes. Yo quiero recibir ese amor. Te pido que tomes mi corazón y mi vida. Recíbeme, cámbiame y límpiame. En el nombre de Jesús. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario