miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL Líder Navegante - Liderazgo

El Liderazgo naval supone una invitación a subirse a bordo de su propio barco y levantar las velas, para iniciar la maravillosa aventura por los grandes océanos de la vida.
Muchas personas se detienen en este constante navegar de la vida, abatidas por el cansancio de tantos y tantos naufragios. Esto es lo que se conoce como “fracaso”. La palabra “fracaso” proviene del italiano antiguo “fracasare”, que era aquel suceso en el que el barco comenzaba a hundirse, debido a que su casco (parte inferior de la nave), había sido quebrado por las enormes rocas que estaban ocultas bajo el mar, por donde transitaba.
El Líder aprende a navegar después de naufragar muchas veces en los mares de la impotencia, de la decepción, del fracaso. Estos tempestuosos mares son los puntos trascendentes en los que nace la “Oportunidad”. La palabra “Oportunidad” deriva del latín “Opportunitas”, compuesta por “Op”, que significa “Antes”, y “Portus”, que se traduce como “Puerto”, es decir: “Antes del Puerto”.
El Líder es Usted o cada uno de nosotros, cuando decidimos tomar estas oportunidades que se encuentran en medio de los mares de la vida, de lograr todas las metas que nos proponemos. Es aquella persona que define la “suerte” como el punto de unión entre la oportunidad y la preparación. Después de tanto navegar y naufragar, en definitiva de sufrir, se llega finalmente a “buen puerto”. 
La sal de la vida se encuentra en estos océanos que están llenos de “grandes olas”. Este es el genuino significado de “Abundancia” (del latín “Ab”, superior, agrandar; y “Unda”, ola).
Como líderes o capitanes del barco, tenemos el grandioso desafío de conquistar los siete mares de la vida: La Espiritualidad, las Relaciones, la Salud, el Trabajo o Profesión, el Patrimonio o las Finanzas, el Ocio Creativo o Recreación y el Legado o Propósito Superior.
El Líder es un intrépido navegante, que conoce sus dos “aguas saladas”:
La primer agua salada es el sudor, que simboliza su fuerza y su empeño por trabajar, de sol a sol, para lograr su superación constante.
La segunda agua salada es el llanto, que es una invitación a ser compasivos y sensibles con el mundo, y a ser capaces de emocionarse de sus logros alcanzados, para poder compartirlos con quienes nos acompañan en nuestra hermosa aventura, por los océanos de la existencia humana.
Usted es un Líder por naturaleza. Adopte esa especial “naturaleza del agua”; de adaptarse a todas las formas por donde transita, y ábrase paso ante las dificultades.
Y tenga presente que un barco sin timón se estrellará, con toda seguridad, contra las rocas. Es preciso que para alcanzar cada puerto, para lograr sus metas, sepa usted a donde desea dirigirse. Establezca metas. Confeccione su mapa personal que le guíe a destino. Sepa puntualmente cuales son las rutas más directas, para que la navegación por la vida no lo lleve a ahogarse en un vaso con agua.
Y por fin, súbase a bordo, responsabilícese por su barco y conquiste los océanos de la vida. Son profundos, como su alma, que siempre está despierta a la consciencia.

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