miércoles, 5 de noviembre de 2014

El Ministerio Del Pastor: Fortalecer a Las Ovejas En Debilidad

La escritura revela el corazón del Padre Celestial por los débiles. Él tiene, y manda tener, un cuidado especial para aquellos que son pobres, enfermos, viudas, o angustiados. De hecho, el libro de Santiago dice que la definición de la religión pura y sin mácula, comienza con la visita a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones. La preocupación de Dios por los débiles, se ve revelada en las Escrituras. Esto se refleja en las instrucciones dadas a los pastores en Ezequiel 34.
Tal vez, este aspecto de la atención a los débiles no sea la tarea más obvia a la que nuestra mente nos llevaría a considerar, dentro de las responsabilidades del pastor. Sin embargo, es significativo que inmediatamente después del tema de alimentar a las ovejas, la atención del Señor se centre en el fortalecimiento de las más débiles.
Por desgracia, con demasiada frecuencia, los pastores pasan una cantidad excesiva de tiempo acariciando a la oveja fuerte en lugar de fortalecer a los débiles. Pero la Biblia nos recuerda que las ovejas son propensas a debilidades. Considere como ejemplo los deportes. Los equipos con nombres de animales siempre se nombran como los fuertes. Por ejemplo, tenemos tigres, osos, carneros, potros, etc. Lo que no se ve en esa lista son ovejas. Las ovejas no asustan ni intimidan a nadie. Tienden a ser indefensas, lentas, poco inteligentes, y propensas a las enfermedades.
De hecho, debido a la debilidad de las ovejas, el Señor castiga a los pastores. Lo vemos en Ezequiel 34: 4, por no fortalecerlas. Los pastores son responsables de estar siempre alerta ante los signos que indican que una oveja está en problemas. Cualquier cosa mejor que ésta, se convierte en nada más que “pura y digna hipocresía”. No podemos estar excesivamente preocupados con los asuntos de nuestra propia elección, mientras que las ovejas languidecen debilitadas y sin fuerzas.
Curiosamente, hay nueve palabras hebreas diferentes para definir “débil” en el Antiguo Testamento. Las debilidades en la Escritura pueden ser emocionales, como en Isaías 35:3, o Hebreos 12:12, donde las personas son débiles y temerosas a causa de una pérdida de esperanza; intelectuales, como en Job 4:3, donde Elifaz dice que Job necesita tomar de su propia medicina porque antes él “fortaleció las manos débiles” con su enseñanza; físicas, como en Nehemías 6: 9, donde las personas se describen como “debilitados en el trabajo”, o espirituales, como el salmista se ve a sí mismo en el Salmo. 6:2.
Independientemente de estas posibilidades, Dios instruye a los pastores para fortalecer a los que son débiles. En consecuencia, tres implicaciones de esa norma son significativas. En primer lugar, la instrucción de Dios a los pastores para fortalecer a la oveja débil, implica que la débil puede hacerse fuerte si alguien hace el esfuerzo para fortalecerlas. ¿Cuántas ovejas hay en el redil (iglesia) que son débiles, simplemente porque alguien no se ha preocupado lo suficiente para fortalecerlas? Por lo tanto, su condición se convierte en la responsabilidad de los que podrían aliviarla. ¿No es esta, al menos, parte de la aplicación de la parábola del Buen Samaritano de Jesús?
Por otra parte y en segundo lugar, la instrucción de Dios a los pastores para fortalecer a la oveja débil, implica también, la presumible capacidad de los pastores para fortalecerlas. Si Dios te ha llamado a una tarea, Él te dota de aquello a lo que Él te ha llamado hacer. La declaración de Dios es una afirmación para los pastores, y también una acusación a su inactividad. Usted como pastor, tiene la capacidad para hacerse fuerte. No vuelva a abaratar el llamado de Dios de cuestionar su capacidad para equiparlo para ello.
En tercer lugar, es significativo que la instrucción del Señor a los pastores para fortalecer a los débiles, requiere la voluntad por parte del pastor para hacerlo. El fortalecimiento de los débiles puede ser un trabajo duro, y sin duda, hay un coste a pagar para dar fuerza a los demás: gastar la energía de uno para dar energía a otros. Pero, Pastor, Dios te ha hecho fuerte “para un tiempo como este,” por lo que podrías hacerte débil para fortalecer a tus ovejas. Podemos fortalecer al débil debilitándonos, porque la palabra dice: ¡Mi poder se perfecciona en la debilidad! (2 Corintios 12:9).
Si una oveja es débil, probablemente no sea el momento propicio para dar una conferencia sobre cómo tener una casa propia; cuando hay un incendio en el hogar no es el tiempo más adecuado para investigar dónde comenzó el fuego. En vez de esto, los pastores deben emplear tiempo a fortalecer a las ovejas. Tal vez así, ellos serán más capaces de entender la provisión de Aquel que en Su Palabra, promete que “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Isaías 40:29).

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