miércoles, 5 de noviembre de 2014

Tiempo de calidad - Reflexiones

¡Ocupado, muy ocupado! Ya ha pasado mucho tiempo desde la puesta del sol y aún hay tanto por hacer.... Trabajo, familia, iglesia y muchas cosas más, parecen demandar horas, que Dios nunca colocó en el día.  Aun así, nosotros los cristianos, pensamos que de alguna forma, todos estos trabajos serán del agrado de nuestro Padre celestial.  Después de todo, la fe sin obras es muerta. ¿Cierto?
Al caer por fin sobre nuestras camas en la noche, ¿podemos decir que realmente, hemos pasado algún tiempo con el Padre, y que con todos nuestros esfuerzos intentamos complacerle?
En su libro Unto the Hill (Hacia los montes), Billy Graham, relata la historia de una pequeña niña y su padre, que eran grandes amigos y disfrutaban el tiempo que pasaban juntos. Salían a caminar y compartían la pasión de observar pajaritos, mientras se deleitaban con el cambio de estaciones y con la experiencia de conocer nuevas personas que se cruzaban en el camino.
Un día, el padre notó un cambio en su hija. Si él salía a caminar, ella se excusaba para no ir. Reconociendo que la chica estaba creciendo, él supuso que era de esperarse que ella perdiera interés en su padre al ir conociendo nuevos amigos. No obstante, su ausencia le afligió en gran medida.
Debido a ello, él no se encontraba muy animado durante su propio cumpleaños. Ella le obsequió un par de sandalias exquisitas elaboradas por ella misma, para que diera sus caminatas fuera de casa.
Después de darle las gracias, le dijo: Querida mía, me gustan mucho las sandalias, pero en la próxima ocasión cómpralas, y permíteme compartir contigo todos los días. Prefiero tener a mi hija, que cualquier cosa que ella haga para mí.
¿Será posible que nuestro Padre celestial a veces se sienta solo por la falta de compañía de sus hijos? ¿Estamos tan ocupados haciendo lo bueno, que olvidamos, o estamos demasiados agotados para dedicar un tiempo a solas con Él en todo el día?
Al ponerse el sol, sal a caminar con tu Padre celestial. Dedica un tiempo de calidad a hablar con Él sobre cualquier cosa. No excluyas ningún aspecto en esa comunicación.  ¡Experimentarás dicha, y Él también!

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