La esclavitud de los últimos siglos pasados, con frecuencia estaba basada exclusivamente en el color de la piel. La gente negra era considerada como esclava por su nacionalidad, y muchos dueños de esclavos creían verdaderamente, que las personas negras eran “seres humanos" inferiores a la gente blanca. La Biblia definitivamente, sí condena la esclavitud basada en la raza. Consideremos la esclavitud que experimentaron los hebreos cuando estuvieron en Egipto. Los hebreos eran esclavos, no por elección, sino porque eran hebreos (Éxodo 13:14). Las plagas que Dios envió sobre Egipto, demuestran cuál es el sentir de Dios acerca de la esclavitud racial (Éxodo 7-11). Así que, sí, la Biblia condena algunas formas de esclavitud, y al mismo tiempo, parece permitir otras. El punto clave es que la esclavitud permitida en la Biblia, de ninguna manera se asemeja a la esclavitud racial que plagó nuestro mundo en los siglos pasados.
Otro punto crucial es que el propósito de la Biblia es señalar el camino a la salvación, no reformar la sociedad. Con frecuencia, la Biblia emprende los cambios desde adentro hacia fuera. Es decir, si una persona experimenta el amor, la misericordia y la gracia de Dios al recibir Su salvación, Dios reformará esa alma, cambiando su forma de pensar y actuar. Una persona que haya experimentado el don de la salvación de Dios y la libertad de la esclavitud del pecado cuando Dios transforma su alma, se dará cuenta de que el esclavizar a otro ser humano es malo. La persona que realmente ha experimentado la gracia de Dios, reflejará también esta gracia hacia otros. Esa sería la receta de la Biblia para acabar con la esclavitud.
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