jueves, 20 de noviembre de 2014

¿Condena la Biblia la esclavitud?

La Biblia no condena específicamente la práctica de la esclavitud. Eso sí, da instrucciones de cómo deben ser tratados los esclavos (Deuteronomio 15:12-15Efesios 6:9Colosenses 4:1), pero no la prohíbe del todo. Muchos lo ven como si la Biblia permitiera todas las formas de esclavitud, pero lo que esa gente no entiende es que la esclavitud en los tiempos bíblicos, era muy diferente a la que se practicaba en los siglos pasados en muchas partes del mundo. La esclavitud en la Biblia no estaba basada en la raza, la gente no era esclavizada por su nacionalidad o por el color de su piel. En los tiempos bíblicos, la esclavitud era más bien un estatus social. En los tiempos del Nuevo Testamento, a veces los doctores, los abogados y hasta los políticos eran esclavos de alguien más. De hecho, algunas personas elegían ser esclavos para tener cubiertas todas sus necesidades por sus amos.
La esclavitud de los últimos siglos pasados, con frecuencia estaba basada exclusivamente en el color de la piel. La gente negra era considerada como esclava por su nacionalidad, y muchos dueños de esclavos creían verdaderamente, que las personas negras eran “seres humanos" inferiores a la gente blanca. La Biblia definitivamente, sí 
condena la esclavitud basada en la raza. Consideremos la esclavitud que experimentaron los hebreos cuando estuvieron en Egipto. Los hebreos eran esclavos, no por elección, sino porque eran hebreos (Éxodo 13:14). Las plagas que Dios envió sobre Egipto, demuestran cuál es el sentir de Dios acerca de la esclavitud racial (Éxodo 7-11). Así que, sí, la Biblia condena algunas formas de esclavitud, y al mismo tiempo, parece permitir otras. El punto clave es que la esclavitud permitida en la Biblia, de ninguna manera se asemeja a la esclavitud racial que plagó nuestro mundo en los siglos pasados.

Otro punto crucial es que el propósito de la Biblia es señalar el camino a la salvación, no reformar la sociedad. Con frecuencia, la Biblia emprende los cambios desde adentro hacia fuera. Es decir, si una persona experimenta el amor, la misericordia y la gracia de Dios al recibir Su salvación, Dios reformará esa alma, cambiando su forma de pensar y actuar. Una persona que haya experimentado el don de la salvación de Dios y la libertad de la esclavitud del pecado cuando Dios transforma su alma, se dará cuenta de que el esclavizar a otro ser humano es malo. La persona que realmente ha experimentado la gracia de Dios, reflejará también esta gracia hacia otros. Esa sería la receta de la Biblia para acabar con la esclavitud.


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