“…AL QUE TIENE, LE SERÁ DADO Y TENDRÁ MÁS…” (Mateo 25:29)
¿Puede haber aliciente más poderoso para tomar riesgos espirituales, que la parábola de Jesús de los talentos? A tres hombres se les dio dinero para hacer una inversión. Dos invirtieron sabiamente y lo multiplicaron, pero el tercero ocultó el suyo porque tuvo miedo de arriesgar y fallar. “Respondiendo su señor, le dijo: `Siervo malo y negligente… debías haber dado mi dinero a los banqueros y… hubiera recibido lo que es mío con los intereses'” (Mateo 25:26-27). Ilustra esto que ser un buen “mayordomo” requiere tomar riesgos bien meditados.

Y recuerda algo más: tu Padre celestial evalúa tus logros de manera diferente que los que están a tu alrededor. Lo que parece ser un fracaso a los ojos de los hombres, a menudo es un éxito a los de Dios. ¿Recuerdas a Noé? Cuando todo esté dicho y hecho, nuestra recompensa más satisfactoria no será la aprobación humana sino el “Bien, buen siervo y fiel…” (Mateo 25:21) que Él nos dirá. ¿A que sí?
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