Una sonrisa no cuesta nada pero ofrece mucho. Enriquece a los que la reciben sin empobrecer a los que la dan.
Dura sólo un momento, pero su recuerdo, a veces, dura para siempre.
Nadie es tan rico ni poderoso que pueda sobrevivir sin ella, y nadie tan pobre que no pueda enriquecerse con ella.
Una sonrisa crea felicidad en el hogar, promueve buena voluntad en los negocios, y es la contraseña de la amistad.
Trae descanso al cansado, alegría al descorazonado, luz de esperanza al triste y es el antídoto de la naturaleza para las preocupaciones.
Y sin embargo, no puede ser comprada, prestada, o robada, ni se la puede solicitar con ruegos, porque es algo que no tiene valor para nadie hasta que es regalada.
Y sin embargo, no puede ser comprada, prestada, o robada, ni se la puede solicitar con ruegos, porque es algo que no tiene valor para nadie hasta que es regalada.
Hay gente demasiado cansada para darnos una sonrisa; entonces, démosle una de las nuestras, ya que nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como aquel que ya no tiene para darlas.
"La sonrisa cuesta menos que la energía y produce más luz".
Qué importante es darnos cuenta del valor de una sonrisa… ya que todos nos beneficiamos con ella.
Dicen los expertos que, sonreír requiere menos esfuerzo que “arrugar” la cara ya que utiliza menos músculos. Parece que nuestro Creador tenía en mente que nos riésemos a menudo cuando nos diseñó, y por otro lado, la sonrisa también enriquece la vida de aquellos que la reciben.
¿Por qué no comenzar a sonreír a “más no poder”, a aquellos con los que entremos en contacto?… no con sonrisas “plásticas” (fingidas) sino con unas sonrisas genuinas que alegren su alma.
¿Por qué no comenzar a sonreír a “más no poder”, a aquellos con los que entremos en contacto?… no con sonrisas “plásticas” (fingidas) sino con unas sonrisas genuinas que alegren su alma.
Si acaso digo: Olvidaré mi queja, cambiaré de expresión, esbozaré una sonrisa. Job 9:27.
Siete días celebrarás fiesta al SEÑOR tu Dios en el lugar que escoja el SEÑOR; porque el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todos tus productos y en toda la obra de tus manos; por tanto, estarás verdaderamente alegre. Deuteronomio 16:15.
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