Eclesiastés 11:5 “Así como no sabes por dónde va el viento, ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre, tampoco sabes nada de lo que hace Dios, creador de todas las cosas.”
Muchas personas, al no ver realizada la obra de Dios se desaniman, dejan de orar y buscar a Dios. Hay tiempos de la vida cristiana, donde parece que nuestras oraciones no llegan al Señor, pero eso no significa que Él no esté obrando. Precisamente, los tiempos de silencio pueden ser tiempos en los que Dios está trabajando activamente, para acomodar las cosas y facilitar Su obrar. El desánimo durante los tiempos de espera, muchas veces vence al cristiano más ferviente.
Quizás tú en este día, te encuentres cansado y desanimado por haber orado mucho tiempo, y nunca recibiste una respuesta específica, nunca viste el obrar del Señor. El pasaje anterior nos quiere animar diciendo que Dios acciona de formas misteriosas, a nuestro simple parecer.
Quizás tú en este día, te encuentres cansado y desanimado por haber orado mucho tiempo, y nunca recibiste una respuesta específica, nunca viste el obrar del Señor. El pasaje anterior nos quiere animar diciendo que Dios acciona de formas misteriosas, a nuestro simple parecer.
El ejemplo del viento o la gestación de un nuevo ser, ponen de manifiesto que, a pesar de que no veamos el obrar de Dios, Él está obrando desde el mismo momento en que empezamos a orar.
Dios no es un anciano que pierde la memoria. Él es Todopoderoso y no olvida nunca tu clamor, y a la vez prepara el momento específico y visible de Su obrar. Cree que, aunque todavía no lo ves, El Señor está gestando Su obrar en tu vida.
Perdóname Señor por pensar que eres un Dios natural, terrenal como lo soy yo. Tú eres el Señor Creador de todas las cosas, ¡El Todopoderoso! Capaz de hacer todo lo que estoy esperando y mucho más. ¡Gracias por recordarme en este día, que estás gestando Tu obrar en mí! Por Cristo Jesús, amén.
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