En un centro comercial una pareja se acercó a comprar un artículo. La dependienta les atendió solícita y no se percató que al darles el cambio, se le fue la mano y les dio mucho dinero de más. Ellos, que tenían prisa, tampoco se dieron cuenta del error.
Ya fuera del centro comercial fueron a un restaurante. Al revisar su billetera, el hombre se percata de que había recibido mucho dinero como cambio; ¡unas cincuenta veces más de lo que pagó! Se había dado una confusión con la cuantía de los billetes. Entonces, dijo a su pareja que debían ir de inmediato a devolver lo que no era suyo, y enseguida volvieron al centro comercial.
Al acercarse a la dependienta, la llamaron aparte para no avergonzarla ante otros ni complicarle la vida. – Señorita, usted me dio dinero de más como cambio de la compra que le hice hace unos minutos. Aquí le devuelvo su dinero, deme lo que es correcto y tenga más cuidado la próxima vez. La mujer se quedó boquiabierta y, sintiéndose responsable, llamó a su jefe de sección y le explicó de qué se trataba.
Éste, asombrado también, se acercó rápidamente a la pareja, y le dijo al honrado caballero: – Señor, ¿ve esa cámara de televisión? Allí se ha grabado todo, desde que usted hizo la compra, cuando se le dio cambio de más, y ahora que usted ha devuelto ese dinero que por error se le dio. Nuestra compañía quiere honrarle y pedirle que nos permita publicar este hecho ejemplar que ya casi no se da en estos días.
Un tanto nervioso, el aludido tomó del brazo al jefe de sección de ese centro comercial y, en voz baja le dijo: – Señor, olvídese de lo ofrecido; si usted hace eso me pondría en problemas.
¡Yo soy casado, y la mujer que está conmigo no es mi esposa!
Ya fuera del centro comercial fueron a un restaurante. Al revisar su billetera, el hombre se percata de que había recibido mucho dinero como cambio; ¡unas cincuenta veces más de lo que pagó! Se había dado una confusión con la cuantía de los billetes. Entonces, dijo a su pareja que debían ir de inmediato a devolver lo que no era suyo, y enseguida volvieron al centro comercial.
Al acercarse a la dependienta, la llamaron aparte para no avergonzarla ante otros ni complicarle la vida. – Señorita, usted me dio dinero de más como cambio de la compra que le hice hace unos minutos. Aquí le devuelvo su dinero, deme lo que es correcto y tenga más cuidado la próxima vez. La mujer se quedó boquiabierta y, sintiéndose responsable, llamó a su jefe de sección y le explicó de qué se trataba.
Éste, asombrado también, se acercó rápidamente a la pareja, y le dijo al honrado caballero: – Señor, ¿ve esa cámara de televisión? Allí se ha grabado todo, desde que usted hizo la compra, cuando se le dio cambio de más, y ahora que usted ha devuelto ese dinero que por error se le dio. Nuestra compañía quiere honrarle y pedirle que nos permita publicar este hecho ejemplar que ya casi no se da en estos días.
Un tanto nervioso, el aludido tomó del brazo al jefe de sección de ese centro comercial y, en voz baja le dijo: – Señor, olvídese de lo ofrecido; si usted hace eso me pondría en problemas.
¡Yo soy casado, y la mujer que está conmigo no es mi esposa!
Sí, se trataba de un caso extraordinario de honradez; pero no había integridad moral en aquel hombre.
Puede haber honradez sin integridad, pero nunca integridad sin honradez. Dios quiere que tú y yo seamos íntegros; luego la honradez y los demás valores vendrán como características naturales del corazón limpio. Los que somos de Cristo, ¡hagamos la diferencia!
Puede haber honradez sin integridad, pero nunca integridad sin honradez. Dios quiere que tú y yo seamos íntegros; luego la honradez y los demás valores vendrán como características naturales del corazón limpio. Los que somos de Cristo, ¡hagamos la diferencia!
Salmos 25:21
Integridad y rectitud me guarden; Porque en ti he esperado.
Salmos 84:11
Porque sol y escudo es Dios: Gracia y gloria dará el Señor: No quitará el bien a los que en integridad andan.
Proverbios 10:9
El que camina en integridad, anda confiado: Mas el que pervierte sus caminos, será quebrantado.
Proverbios 20:7
El justo que camina en su integridad, Bienaventurados serán sus hijos después de él.
Integridad y rectitud me guarden; Porque en ti he esperado.
Salmos 84:11
Porque sol y escudo es Dios: Gracia y gloria dará el Señor: No quitará el bien a los que en integridad andan.
Proverbios 10:9
El que camina en integridad, anda confiado: Mas el que pervierte sus caminos, será quebrantado.
Proverbios 20:7
El justo que camina en su integridad, Bienaventurados serán sus hijos después de él.
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