Una de las cosas en las que más pensamos es en lo que puede pasar si la respuesta es un “no”, o si el resultado de lo que queremos conseguir es “negativo”, pero no debemos dudar, no podemos conocer nuestra capacidad si no la ponemos a prueba, no podemos obtener un resultado sin antes haber hecho lo que corresponde. A veces es necesario considerar el riesgo y actuar para obtener una respuesta o solución.
Si estás a la espera de una noticia o respuesta, aún estás a tiempo, te queda la opción más importante, te queda "la respuesta de Dios”, la que cambia todo el panorama. Aunque recibas o puedas recibir el “no” que tanto temes, no te preocupes por lo que digan las demás personas o las circunstancias, tú ocúpate de esperar lo que Dios tiene que decirte.
Puede ser que pienses que todo es muy difícil, porque tu situación así te lo hace ver, puedes estar a punto de rendirte por el temor que sientes, por esa necesidad tan urgente que tienes, pero la duda, el miedo y la ansiedad son solamente obstáculos que te provocan inseguridad y te roban la paz.
La voluntad de Dios para tu vida es buena, agradable y perfecta. Sin importar la respuesta que puedas recibir, Dios siempre tendrá la mejor para ti; si te responden con un “sí” es una gran noticia, pero si te responden con un “No” es aún mejor, porque quiere decir que Dios tiene algo mejor de lo que imaginabas.
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