lunes, 21 de julio de 2014

El cambio está en tus manos

Hay una gran diferencia entre lo que esperamos que suceda y lo que hacemos para que así sea. Esperar es necesario cuando las cosas están fuera de nuestro alcance, cuando aunque queramos, no podemos hacer nada porque esa situación no está en nuestras manos; pero esperar a que algo pase cuando nosotros mismos tenemos la solución,... es perder el tiempo.
A veces estamos a la espera de que se solucione cierta situación, queremos que las cosas cambien, pero no hacemos nada por ello, y en esa “espera” nos encontramos en la comodidad de dejar que “pase lo que tenga que pasar”, pero cuando vemos que nada cambia comenzamos a buscar culpables de nuestro estado.

Es difícil para el ser humano, tomar la iniciativa para solucionar un problema; en especial cuando es con otra persona, esperamos que sea la otra parte la que pida la disculpa o haga algo para que todo termine en paz, pero ¿dónde está lo que nosotros estábamos dispuestos a hacer?, o ¿será que preferimos estar a disgusto que hacer algo al respecto? Soluciones sí están en nuestras manos; de hecho, puedes ser tú mismo el valiente que termine con todo lo que te incomoda.

Otras veces estás esperando algo que cambie tu situación y mientras, te encuentras observando sin hacer nada al respecto, como esperando que repentinamente, algo suceda y te pase de tu actual estado a otro. Sí, es cierto que Dios puede hacer todo lo que puedas imaginar, pero en ocasiones también hay que actuar, no dejar que pase el tiempo y empeore la situación, sino tomar la iniciativa y la determinación de actuar antes de que sea tarde.

O tal vez estás esperando el mejor momento en el que, Dios o la misma vida ponga el tiempo perfecto para actuar ante tu situación, pero… ¿Estás seguro que ese tiempo no ha pasado mientras esperas?, si le preguntaras a Dios si es momento de ir y solucionar ese problema familiar o personal, ni siquiera terminarías de formular la pregunta cuando Él ya te estaría respondiendo: SIEMPRE ES TIEMPO.

Hay soluciones que tú mismo tienes en tus manos, cosas de las que no tienes que esperar a que pase más tiempo para que se solucionen, porque la misma espera del momento “perfecto” puede derivar en un momento trágico que, tal vez te quite la oportunidad por completo. Es decir, HOY tienes un momento para actuar, pero mañana no se puede asegurar.

Tú puedes tomar hoy la decisión de acabar con todo lo que te preocupa, con eso que tanto mal te ha hecho. A veces es necesario tener el valor y la humildad de ser quien dé el primer paso, a pesar de no ser el responsable de lo que sucede. La gran respuesta que esperas puede estar escondida sólo detrás de una decisión, la decisión de comenzar por ti mismo el cambio que tu vida necesita.

“Porque el Espíritu de Dios no nos hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás, y nos fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana”.

2 Timoteo 1:7 (Traducción en Lenguaje Actual)


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