Cometemos el error de actuar reaccionando al impulso que nos causa la rabia y si no vemos, en ese momento, a esa persona pagando por lo que hizo, nos frustramos y creemos que no existe justicia en la tierra.
Justicia es dar a cada uno lo suyo, y ten por seguro que Dios te dará lo tuyo: consuelo, amor, paz y sanidad. Preocúpate más en recibir lo que Dios te está dando que en lo que recibirá la otra persona.
Dios tiene un tiempo para actuar en cada caso y su tiempo no será el mismo que el nuestro, puesto que Dios no hace justicia a aquellos solamente para que se arrepientan, sino para provocar el cambio en sus vidas. Su justicia va más allá de las leyes terrenales.
No te presentamos nuestras súplicas porque seamos justos, sino confiados en la grandeza de tu misericordia. Daniel 9;19
Tal vez tú no llegues a presenciar lo que sucederá a aquellas personas que te lastimaron, pero cumple con tu parte, perdona a quien te dañó, lo demás déjaselo a Dios que actuará conforme a su voluntad.
“Pues el Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey; él cuidará de nosotros y nos salvará.” Isaías 33:22
Recuerda que la justicia de Dios no será de la forma que tú deseas o en el tiempo que esperas. Sólo Él es justo y sabe cómo dar a cada uno lo suyo.
No consumas tu vida persiguiendo tu justicia, perdona y pon en manos del gran Juez lo que sucedió, que sea Dios quien dé el veredicto.
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