Hageo 1
Los cristianos siempre consideramos que ya es hora de que Dios nos ayude, y hasta en algunas ocasiones nos atrevemos a preguntarle a Dios, por qué se demora en contestar a nuestras peticiones.
Lo que le agrada al ser humano es que le hablen de un Dios proveedor, de un Dios sanador. Esto nos lo sabemos hasta en hebreo, totalmente de memoria. Jehovah-Jireh–"Dios, mi Proveedor". Jehovah-Rapha–"Dios. mi Sanador".
Hablar de recibir es muy agradable, el cristiano moderno lo que más detesta y sale corriendo por ello, es que le hablen del posible dinero, siente que le están manejando el bolsillo.
Para el cristiano moderno todo es bíblico y lo encuentra con una facilidad increíble, sea en el antiguo testamento o en el nuevo, pero lo único que, según él, no ve es la palabra "sembrar" en la obra del señor o la palabra "diezmar".
El pueblo de Dios vivía de los milagros de Jehová, pero cuando se trataba de arreglar la casa de Dios, era muy hábil para posponer esa obra, todavía no era la hora de arreglar el templo. Verso 2 “Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.”
El decir de mucha gente es que Dios no come, y tiene toda la razón, Dios no come, pero la obra de Dios aquí en la tierra, sí necesita recursos económicos para que pueda existir y funcionar.
Con este pretexto, nos preocupamos sólo de pedirle a Dios recursos para arreglar nuestra casa, mientras descuidamos o abandonamos la casa del señor. Verso 4 “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?”
Si tú eres de los que piensa de esa manera. Dios te invita a que pienses muy bien lo que estás haciendo. Verso 7 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.”
La orden de Dios es categórica: arreglen mi casa. Y arreglar su casa significa encargarse de su mantenimiento, arriendos, servicios, salarios etc. Verso 8 “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.”
La razón por la que hay escasez en muchas casas de los cristianos, es porque no se preocupan por la casa de Dios. La casa de un cristiano está ligada a la casa de Dios. Versos 9-11 “Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. 10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. 11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.”
El temor a Dios se manifiesta en el cuidado de su casa aquí en la tierra. Adorar a un Dios que no se ve y que no nos demanda nada físico es muy fácil. Verso 12 “Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.”
Solo un espíritu despierto puede entender la importancia de sembrar en la obra de Dios aquí en la tierra. Versos 13-14 “Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. 1:14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,”
Si quieres que Dios se encargué de tus asuntos, encárgate tú de los suyos.
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