martes, 13 de mayo de 2014

¡Vive!

Ten siempre presente que:
La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años…
Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero que rompe cualquier tela de araña.

No olvides que detrás de cada línea de llegada, hay una de partida. Detrás de cada logro, hay un desafío.

Mientras estés vivo, siéntete vivo. Si añoras lo que hacías, vuelve a hacerlo.

No vivas de fotos amarillentas por antiguas, del pasado… Sigue adelante aunque todos esperen que abandones.

No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que, en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. ¡Pero nunca te detengas!
-Maria Teresa de Calcuta-
“Más los que esperan a Dios tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:31


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