Atravesé una etapa de cansancio. Fue hace tiempo ya, y recuerdo
que había ministrado durante varios días, viviendo un hermoso actuar del
Espíritu Santo en cada lugar donde me tocó hacerlo. Pero aun así, después de
esta hermosa experiencia, me sentía muy agotado, tanto que me llevó a clamar al
Señor en oración de esta manera:
“Oh Señor, nunca me he sentido tan cansado en toda mi vida como
hoy. Es como si no pudiera continuar. Mi mente está tan agotada, que no creo que
pueda llegar a dar mi próximo mensaje. Tienes que venir y quitar esta pesada
carga que has puesto en mi vida, en el ministerio, sólo Tú puedes dar fuerzas a
mi vida. Señor, por favor ayúdame”-...
...El Espíritu Santo vendría y me ministraría, pero no de la
manera que yo esperaba que lo iba a hacer; yo quería alguna muestra de cariño,
aliento y comprensión. Y aunque todas esas cosas sucederían, serían diferentes
a las que yo esperaba que fueran.
Progresivamente, el Señor me guió a 2 Corintios 9:6-11 diciéndome que, todo lo que
necesitaba figuraba en el pasaje de esta Escritura.
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará
escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada
uno dé como propuso en su corazón, así que vamos a darle, no con tristeza, ni
por necesidad. Porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es
Dios para hacer que toda gracia abunde en vosotros, que, teniendo siempre toda
suficiencia en todas las cosas, abundéis para toda buena obra. Como está
escrito: El que tiene la dispersión, se ha dado a los pobres: su justicia
permanece para siempre. El que da semilla al que siembra y pan para comer, multiplicará vuestra
sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia; Ser enriquecidos en todo
para toda bondad, que hace a través de nosotros acción de gracias a
Dios.” (2 Corintios 9:6-11).
Leí y releí el pasaje, pero no encontré, según mi criterio, nada de
provecho en él. Finalmente, cerré mi Biblia y oré: -“Señor,
estoy confundido. No veo aquí nada que pueda ayudar o alentar mi vida".-
En el contexto de estos versículos, Pablo estaba hablando a la
iglesia de Corinto de cómo debía preparar la ofrenda, que iba a ser destinada a
los santos, que sufrían una gran hambruna en la ciudad de Jerusalén. Él les
instaba a dar generosamente, no de mala manera, sino como los macedonios, que
habían ofrendado a pesar de su pobreza.
Entonces pregunté: – Señor, ¿qué
tiene que ver todo esto conmigo? Si estoy en la necesidad del abatido, del
agotado, y aún debo ayudar a aquellos cuyos recursos se encuentran en quiebra... ¿qué es lo que quieres decir?
Finalmente, el Espíritu me habló con firmeza, pero a la vez
amorosamente a mi hombre interior: esto tiene que ver con la forma en que
servimos a Dios, no sólo dar dinero o ayudar a los pobres, sino servir a Dios
con un espíritu generoso y alegre.
-Te llamé al ministerio no para vivirlo en escasez y miseria.
Todo lo que necesitas está a tu disposición: la fuerza, el reposo, la energía,
la capacidad, el gozo y el ánimo. No hay razón para que tu trabajo sea con
tristeza, y sobrecarga. Tienes acceso a toda la fuerza y la alegría.
Esta experiencia me
enseñó, por medio del Espíritu, algunas lecciones muy importantes que me
gustaría compartir contigo:
1. Cuando Dios nos llama a un trabajo específico, Él ya ha
provisto todo lo que necesitamos para llevarlo a cabo con frescura y alegría.
“Y poderoso es Dios para hacer que toda gracia abunde en vosotros, que, teniendo siempre toda suficiencia en todas las cosas, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).
Piensa en lo que se está prometiendo aquí: Cuando estás cansado y no crees que puedas ir más lejos, Dios es capaz de revitalizar todo lo que necesitas, ¡en todo momento, en cada situación posible!
Esta promesa incluye el poder para evitar que caigas. Muchos cristianos caen por temor y pierden la meta. Tienen miedo de que el diablo les atrape de alguna manera, ¡y sólo caminan en un continuo llanto delante de Dios!
“Y poderoso es Dios para hacer que toda gracia abunde en vosotros, que, teniendo siempre toda suficiencia en todas las cosas, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).
Piensa en lo que se está prometiendo aquí: Cuando estás cansado y no crees que puedas ir más lejos, Dios es capaz de revitalizar todo lo que necesitas, ¡en todo momento, en cada situación posible!
Esta promesa incluye el poder para evitar que caigas. Muchos cristianos caen por temor y pierden la meta. Tienen miedo de que el diablo les atrape de alguna manera, ¡y sólo caminan en un continuo llanto delante de Dios!
Pero no importa cuán poderosa puede ser la tentación o cuánto desánimo
te causa tu falta de resistencia. Dios dice esto acerca del poder que hay en su
nombre:
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría. Judas 24(RVR)
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría. Judas 24(RVR)
Es como si el Señor estuviere diciendo: “Escuchen, todos ustedes los
que son pastores! Escuchen, todos los que se congregan fielmente a mi casa y
ministran en la oración, en la alabanza y en la intercesión. Quiero darles una
abundancia de fortaleza, esperanza, gozo, paz, descanso, bienes, el estímulo y
la sabiduría. De hecho, quiero que tengan abundancia de todo lo que necesitan
en todo momento”
Dios nunca tuvo la intención de que fuéramos pobres espirituales, pobres en las cosas del Señor. Por el contrario, el siervo abundante es el que goza de la revelación de todas las disposiciones maravillosas que Dios ha preparado para él. Y camina tras esta revelación, por la fe.
2. Puesto que Dios ha prometido bendecirnos de la manera más
abundante, espera que le demos de todo lo que tenemos, con todo nuestro corazón.Dios nunca tuvo la intención de que fuéramos pobres espirituales, pobres en las cosas del Señor. Por el contrario, el siervo abundante es el que goza de la revelación de todas las disposiciones maravillosas que Dios ha preparado para él. Y camina tras esta revelación, por la fe.
Dios no acepta a regañadientes el servicio de nadie.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombres” (Colosenses 3:23).
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombres” (Colosenses 3:23).
Significa, “con todo tu corazón, con todas tus
fuerzas, con todo lo que está dentro de ti”
Pablo escribe: “Cada uno dé como propuso en su corazón, así que vamos a darle: no con tristeza, ni por necesidad (de mala gana)…” (2 Corintios 9:7). El apóstol hace una doble aplicación en esta cuestión de dar: tiene que ver con nuestra disposición en las finanzas, y con la entrega de nuestras vidas a la obra de Dios.
Pablo escribe: “Cada uno dé como propuso en su corazón, así que vamos a darle: no con tristeza, ni por necesidad (de mala gana)…” (2 Corintios 9:7). El apóstol hace una doble aplicación en esta cuestión de dar: tiene que ver con nuestra disposición en las finanzas, y con la entrega de nuestras vidas a la obra de Dios.
Pablo escribió que la iglesia en Macedonia literalmente le rogó,
que les permitiera hacer una colecta para la pobreza que sufrían los santos en
Jerusalén. Estos macedonios estaban tan completamente entregados al Señor,
que ellos mismos dieron de su pobreza. A pesar de que en ese momento, y a causa de la
guerra, estaban atravesando una situación peor que la Jerusalén. Su
economía se había desmoronado, la depresión les había golpeado y todo estaba
fuera de control. Sin embargo, a pesar de toda la anarquía y el caos,
dieron de todo lo que había, por encima de su capacidad, con generosidad.
Pablo expresa que los macedonios dieron mucho más que
dinero. Ellos le dijeron: Aquí
está nuestra ofrenda. Ahora, ¿qué quieres que hagamos? Ofrecemos nuestros
servicios a la obra de Dios! "… Pero antes se dieron a sí mismos al Señor,
y luego a nosotros por la voluntad de Dios” (2ª Corintios 8:5).
3. Finalmente, Dios espera que le sirvan, pero con alegría,
sin murmuraciones ni quejas. Si vas a brindarte por entero al servicio del
Señor, deberás hacerlo con alegría.
“… Porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).
“… Porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).
Cada vez que me siento cansado recuerdo este pasaje, en el que
Dios me llamó a ser un siervo de abundancia, en el que me llamó al ministerio
para que caminara con la frescura de Dios en mi vida.
La palabra “alegre” en griego significa aquí
“divertido, feliz,” -con un corazón alegre, con buena voluntad, con
alegría, estando lleno de júbilo.
Dios está diciendo: “Hagas lo que hagas en tu trabajo para mí,
trátese de interceder, adorar en mi casa, o la búsqueda de mí en tu lugar secreto, hazlo
con gusto, alegría y generosidad con todo (tu dinero, tu servicio, tu tiempo, tu
vida)".
¿Has de servir al Señor sintiéndote un cero a la izquierda y con
poco valor? ¿Es sólo una obligación, que sobrellevas con tristeza y cansancio?
Dios no quiere que te quejes de tus obligaciones. Él quiere que
sobrelleves todas estas cosas en tu vida, echando mano de su Palabra.
Y como compensación, Dios tiene un talonario de cheques para tus recursos. Él te está diciendo: “Ya he preparado provisión para ti". ¿Cuánto de grande es la necesidad en tu vida que no pueda ser suministrada más de lo necesario?, ¿qué tipo de cansancio o de carga es tan pesada, que Él no pueda darte la fuerza precisa para resistir? ¡Lo único que te falta es la fe!
Y como compensación, Dios tiene un talonario de cheques para tus recursos. Él te está diciendo: “Ya he preparado provisión para ti". ¿Cuánto de grande es la necesidad en tu vida que no pueda ser suministrada más de lo necesario?, ¿qué tipo de cansancio o de carga es tan pesada, que Él no pueda darte la fuerza precisa para resistir? ¡Lo único que te falta es la fe!
¿Te sientes como el último de la fila? ¿Cansado, abatido, a punto
de renunciar?
Por último, ¿puede alguien o algo, en el cielo o en la tierra, separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús?
¡No! ¡Nunca!
¡Este sí que es un Salvador generoso! Nos hemos convertido en ricos espiritualmente, a través de todos sus recursos para con nosotros.
Por último, ¿puede alguien o algo, en el cielo o en la tierra, separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús?
¡No! ¡Nunca!
¡Este sí que es un Salvador generoso! Nos hemos convertido en ricos espiritualmente, a través de todos sus recursos para con nosotros.
“Al ser enriquecidos en todo para toda bondad, que hace a través
de nosotros acción de gracias a Dios” (2 Corintios 9:11).
Querido consiervo, confesemos cualquier murmuración y queja que podamos haber sembrado, cualquier sentimiento de culpa en el corazón que nos cause una actitud de desesperación. Renuncia a todo ante el Señor ahora mismo.
Ora, por favor:
Querido consiervo, confesemos cualquier murmuración y queja que podamos haber sembrado, cualquier sentimiento de culpa en el corazón que nos cause una actitud de desesperación. Renuncia a todo ante el Señor ahora mismo.
Ora, por favor:
“Señor, Tú me has hecho rico hoy. Soy rico en fuerza, porque Tú
me dijiste que tengo todo lo que necesito en todo momento. A partir de ahora,
cuando me sienta cansado, en lugar de quejarme ante ti, recordaré que he sido
llamado a ser un siervo de abundancia y que Tú tienes toda la fortaleza que
necesito, para que pueda acabar mi carrera con alegría y frescura.
Declaro en el nombre de Jesús, que Dios levanta siervos de abundancia en toda nuestra nación, para la extensión de su reino."
Declaro en el nombre de Jesús, que Dios levanta siervos de abundancia en toda nuestra nación, para la extensión de su reino."
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