sábado, 10 de mayo de 2014

¿Cómo marchas con la Visión? - Crecimiento personal-espiritual

"Nunca hay viento favorable para el que no sabe hacia dónde va.” Séneca
Son muchas las cosas que has vivido y muchas las cosas que quieres experimentar, todo forma parte de una visión.
Si tu visión tomó un rumbo equivocado probablemente estés preocupado, frustrado o cansado. Y te preguntas ¿cómo vuelvo a la visión original?
Se dice que lo mejor para recuperar la visión es untar colirio en los ojos. Investigando un poco, encontré que el Instituto Oftalmológico de Alicante (España) ha logrado la regeneración de tejidos de la superficie ocular, mediante la aplicación de un colirio elaborado a partir de la sangre de los propios pacientes. Lo que llama la atención es que el colirio proviene del plasma sanguíneo de cada paciente.
Eso me dice que podemos recuperar la visión original, si volvemos a nuestras antiguas pasiones.
¿Cuál es tu pasión? ¿Estás centrándote en tus pasiones?, porque...
“Sin pasión no podemos completar una visión” 
Si tu visión no te apasiona, difícilmente la completarás. Probablemente la tengas bien definida o bien escrita, pero si no la llevas en tu corazón, te puedes desviar de su camino y te encontrarás lejos de ella.
Esto pasa en las organizaciones o empresas, donde encontramos carteles, grandes o pequeños, con una visión grandiosa; sin embargo, muchos de sus miembros están muy distantes de caminar en la visión, y la razón es que no la llevan en la sangre. Entonces, hay que hacer una transfusión sanguínea.
Ninguna organización funciona en piloto automático a la hora de seguir la visión. Las organizaciones están compuestas de personas movidas por pasiones, que necesitan ser guiadas hacia la visión. Si tu organización no está marchando bien en la visión, puede terminar en cualquier parte, menos a donde quieres llegar o donde quieres estar.
¿Está tu organización centrada en la visión?
Quizás es tiempo de revisar la declaración de visión y preguntarte a ti mismo, si te apasiona, preguntarte si sabes hacia dónde vas y cuando llegarás, y luego preguntar a tus colaboradores lo mismo que te has preguntado, porque la visión representa lo que podría ser y lo que debería ser.
Y cómo líder, tienes una gran responsabilidad en desarrollar la visión y compartirla cada día. Cuando dejas de compartirla, tu visión se puede nublar y te puedes llegar a perder, y a continuación, tus colaboradores también. Si tú ves la mitad, ellos también verán la mitad.
Si estás teniendo inconvenientes con tu visión y te cuesta “untarte el colirio” para ver tus sueños hacerse realidad en tu vida o en tu organización, es tiempo de consultar a Dios.

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