sábado, 10 de mayo de 2014

Invita a otros a seguir a Jesús

Cuando Jesús estuvo en la tierra, hubo mucha confusión acerca de quién era. Algunos pensaron que era un hombre sabio o un gran profeta. Otros pensaron que estaba loco. Y otros permanecieron indecisos o indiferentes. Pero Jesús dijo, Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Lo que quiere decir que Él decía ser nada menos que Dios en carne humana.
Hoy en día, mucha gente no entiende el hecho de que Jesús declarara ser Dios. Estas personas son felices pensando que, Él era poco más que un gran maestro moral. Pero Sus enemigos sí entendieron las declaraciones que hizo de Su deidad, y por esta razón, trataron de apedrearle hasta matarle, y le crucificaron.

El Nuevo Testamento revela que Jesús Mismo fue quien creó todo (Juan 1:3). Por lo tanto, Él también es dueño de todo y tiene autoridad sobre todo. Esto quiere decir que tiene autoridad sobre nuestras vidas y le debemos alabanza, obediencia y adoración.
Romanos 10:9 dice: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Confesar a Jesús como Señor, quiere decir someterse humildemente a Su autoridad. Y creer que Dios le ha levantado de los muertos, quiere decir que confías en el hecho histórico de Su resurrección, pináculo de la fe Cristiana y la forma en la que el Padre afirmó la deidad y autoridad del Hijo.
La verdadera fe siempre está acompañada del arrepentimiento del pecado. El arrepentimiento es más que, simplemente sentirnos mal por el pecado. Es estar de acuerdo con Dios en que fuiste, y eres pecador, confesarle tus pecados, y tomar la decisión consciente de dejar el pecado y seguir adelante.
Una vez que vives la victoria de la vida nueva y renovada, debes, como creyente, orar por los demas y compartirles las buenas nuevas de Jesús y lo que Él ha hecho en tu vida…  Esa es la Gran comisión.
Invitemos a otros a seguirle.

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