En estos últimos días, una pequeña nube ha querido entristecerte, ha ensombrecido el sol que veías y has pensado desertar. Hubieras querido escapar, correr muy lejos, huir a donde nadie te encuentre. Pero muy dentro de ti, tú sabes que eso no es posible, porque hay muchos que te necesitan, porque tú nunca dejas las cosas a medias.
Actívate, ¡no desmayes! Es Dios quien te esfuerza y te sustenta. ¡No temas, la paz llegará, el sol volverá a posar sus rayos sobre ti! Recarga tus baterías, no permitas que se agoten. ¡Vas llegando a la meta y eso es grandioso! Las personas como tú son las que hacen la diferencia, por tanto tu luz no debe apagarse. Movilízate, pues al hacerlo, provocas que otros también se impulsen y se muevan. ¡Eres de inspiración, aprovecha tu talento! Quizás hoy el día no parezca lucir de la mejor manera, pero tú puedes transformarlo con tu disposición y actitud. Deja en las manos de Dios lo que no está a tu alcance y mientras tanto, haz lo que puedas hacer.
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