En la vida hay muchas personas, lugares y cosas únicas. Todos hemos visto a personas que son únicas porque tienen alguna habilidad sin parangón. Hay lugares en este mundo, únicos debido a su topografía, su fauna o el clima. Todos hemos visto cosas únicas, pero vamos a hablar de la persona más singular, única, que haya existido.
Jesús vino a esta tierra como un hombre que poseía integridad moral y justicia divina, y marcó la diferencia entre todos los hombres. Él era único y apartado de los demás. Jesús era único y se distinguió por encima de todos los que han pretendido ser el Mesías.
FUE ÚNICO EN SU PERSONA. Los versos de Hebreos 1 proclaman su singularidad, como el Hijo de Dios, el Cristo y el Dios-Hombre. Él habló en otro tiempo a los padres por los profetas (verso 1). Fue nombrado heredero de todas las cosas (versículo 2). Por medio de Él, Dios hizo el universo (versículo 2). Él es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder (versículo 3). Él nos limpió de nuestros pecados. Él se sentó a la diestra de Dios (versículo 3).
FUE ÚNICO EN SU NACIMIENTO. Esta singularidad se describe en Lucas 1:26-35. Él nació de una virgen. Él era el Dios encarnado (nacido en forma de carne). Nació en la ciudad de Belén, como fue profetizado. Su nacimiento fue anunciado por los ángeles. Nació pobre, en un establo, atendido en un pesebre, pero adorado por los Reyes. Su nacimiento fue señalado por una estrella. Huestes de ángeles echaron alabanzas en su nacimiento.
FUE ÚNICO EN SU MINISTERIO. En Marcos 1:21-28 y en otros evangelios, se nos dice que Él predicaba con autoridad absoluta. Él era el maestro más grande que haya existido. Realizó el más poderoso de los milagros. Fue el sanador más grande. Él era absolutamente santo y sin pecado en su persona, acciones y normas. Era amigo de los pecadores, siempre estaba ofreciéndoles la salvación. Su ministerio cumplió las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento.
FUE ÚNICO EN SU MUERTE. En Juan 19:16-30 se nos dice que, como Mesías, Él murió por los pecados de la gente. Profetizó que sería condenado a muerte. Él murió como el Cordero de la Pascua, como fue profetizado. Murió voluntariamente, al hacer la voluntad de Su Padre. Y mientras agonizaba en la cruz, pidió perdón por sus enemigos.
FUE ÚNICO EN SU RESURRECCIÓN. En Juan 20:1-31, leemos que Él se levantó de la tumba, de acuerdo a las profecías del Antiguo Testamento. Profetizó su propia resurrección. Él se levantó de entre los muertos en una tumba sellada y custodiada. Se apareció vivo primero a una mujer y luego, una y otra vez, a sus discípulos, y estuvo con ellos 40 días. También se apareció a más de quinientos hermanos a la vez. (I Corintios 15:6)
FUE ÚNICO POR SU ASCENSIÓN. En Hechos 1:1-9 se nos dice cómo fue llevado al cielo, como ascendieron Enoc y Elías. Él se fue para estar con el Padre. Jesús hizo la promesa a sus discípulos, de que después de su ascensión, recibirían poder para testificar de Él, una vez viniera sobre ellos el Espíritu Santo. Jesús dejó un mandato en su ascensión, "ir por todo el mundo y ser testigos de Él". Se fue al cielo para ocupar el asiento al lado de Dios y para interceder continuamente por los creyentes.
ÉL SERÁ ÚNICO EN SU SEGUNDA VENIDA. En Mateo 16:27 se nos dice que Jesús regresará a esta tierra en poder y majestad. Él resucitará a los muertos en Cristo. Él vendrá como ladrón en la noche. Comenzará el prometido milenio en esta tierra y rescatará de la tribulación a los santos.
SI, Jesús es la persona más singular que jamás hayamos conocido. ¿Le has encontrado? ¿Le conoces?, si aún no le has encontrado, este es tu momento para empezar a conocerle.
"Te doy gracias por tu singularidad, que te distingue por encima de todos los otros, que dicen ser el Mesías prometido de Dios. Ayúdame a ser un testimonio de tu singularidad a través de mis palabras y de mis acciones, para que Tú seas visto en mi vida, en mi familia y en amigos. Amén."
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