Así es que, con cierta curiosidad, el turista le preguntó:
Y el sabio le contestó con una pregunta similar:
-¿Y dónde están los suyos…?
-¿Los míos? -replicó sorprendió el turista- …. Le recuerdo que yo aquí estoy solamente de paso.
Y el sabio le contestó: pues estamos en similares condiciones, yo también estoy de paso.
Querid@ amig@: Todos, absolutamente todos estamos de paso en este mundo terrenal. Nuestra travesía es efímera; se nos va en un abrir y cerrar de ojos. Por ello muchas veces la vida nos ha sorprendido pronunciando un: “¡Oh… cómo ha pasado el tiempo!,…. si parece que fue ayer cuando correteaba en los patios de la escuela,… ayer estaban conmigo mis abuelos, mis padres,… ayer mis hijos eran bebés…. Ayer….
Por ello, pidámosle a Dios que nos ayude a saber exactamente nuestras prioridades, comenzando por Su propósito para nuestra vida, y con ello vivir tranquilamente, sin afanes, sin desesperarnos por alcanzar fortuna, reconocimientos, fama, gloria, poder, que a la postre sólo nos causan estrés, angustia o enfermedades.
Enfoquemos nuestra vida en Dios, en servir a los nuestros y a los demás, teniendo presente que, como decía el sabio de esta historia, estamos de paso.
La Sagrada Escritura en el libro de Salmos 103:15 al 17, dice:
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