lunes, 6 de enero de 2014

Lamentos Frecuentes Antes De Morir - Crecimiento personal-espiritual

Durante muchos años he trabajado en cuidados paliativos. Mis pacientes eran los que ya se habían ido a casa a morir.
Compartí algunos momentos increíblemente especiales y estuve con ellos durante las últimas tres a las doce semanas de sus vidas.
La gente madura mucho cuando se enfrentan a su propia mortalidad, y aprendí a no subestimar nunca la capacidad de una persona para su crecimiento. Algunos cambios fueron fenomenales. Ante su muerte, cada uno de ellos experimentaba una gran variedad de emociones, como era de esperarse, como la negación, el miedo, el enojo, remordimiento, más negación y finalmente la aceptación. Sin embargo, cada paciente encontró su paz antes de partir. Todos y cada uno de ellos.
Cuando se les preguntó acerca de los arrepentimientos que tenían o cualquier cosa que ahora harían de manera diferente, temas normales surgieron una y otra vez. Éstos son los cinco más comunes:
Cinco
1. Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí.

Este fue el lamento más común de todos. Cuando las personas se dan cuenta de que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás con claridad, es fácil ver cuántos sueños no se han cumplido. La mayoría de la gente no había cumplido aún la mitad de sus sueños y tenía que morir, sabiendo que había ciertas elecciones que habían hecho o no hicieron,... pero ya no había marcha atrás.
Es muy importante tratar de honrar al menos algunos de nuestros sueños en el camino, porque cuando llega el momento en que se pierde la salud, ya es demasiado tarde. La salud conlleva una libertad de la que muy pocos se dan cuenta hasta que ya no la tienen.
2. Ojalá no hubiera trabajado tan duro.
Esto salió de cada paciente de sexo masculino que cuidé. Se perdieron la juventud de sus hijos y la compañía de su pareja. Las mujeres también hablaron de este pesar, pero como la mayoría eran de una generación anterior, muchos de los pacientes de sexo femenino no habían sido el sostén de su familia.
Todos los hombres que cuidé lamentaron profundamente haber gastado tanto sus vidas en una existencia laboral.
Simplificando su estilo de vida, y al tomar decisiones conscientes en el camino, es posible que no necesite los ingresos que usted cree.
Y mediante la creación de más espacio en su vida, usted será más feliz y más abierto a otras oportunidades más compatibles a su nuevo estilo de vida.
3. Ojalá hubiera tenido el coraje para expresar mis sentimientos.
Muchas personas suprimieron sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Como resultado se conformaron con una existencia mediocre y nunca llegaron a ser lo que realmente eran capaces de llegar a ser. Muchas enfermedades se desarrollan como resultado de la amargura y el resentimiento que conllevan. No podemos controlar las reacciones de los demás. Las personas pueden reaccionar al cambiar la forma en que inicialmente están hablando y entonces se plantea la relación en un nivel completamente nuevo y más saludable. O eso, o despreciar las relaciones poco saludables de su vida. De cualquier manera, usted gana.
4. Me hubiera gustado haber estado en contacto con mis amigos.
A menudo no se dan cuenta realmente de los beneficios de los viejos amigos hasta después de semanas de convalecencia, y no siempre fue posible localizarlos. Muchos de ellos habían llegado a estar tan atrapados en sus propias vidas, que habían dejado que amistades de oro se desvanecieran por el paso de los años, y después vinieron los profundos y posteriores lamentos, acerca de no dar a las amistades el tiempo y el esfuerzo que se merecían. Todo el mundo pierde a sus amigos cuando están muriendo.
Es común para cualquier persona con un estilo de vida ocupado, dejar que las amistades desaparezcan. Pero cuando usted se enfrenta con su muerte de cerca, los detalles físicos de la vida desaparecen. La gente quiere tener sus asuntos financieros en orden si es posible, sin embargo no es el dinero o el estatus lo que tiene una verdadera importancia para ellos. Quieren poner las cosas en orden más para el beneficio de aquellos a quienes aman. Pero por lo general, están demasiado enfermos y cansados para manejar esa tarea. Al final todo se reduce al amor y las relaciones. Eso es todo lo que queda en las últimas semanas, el amor y las relaciones.

5 . Me hubiese gustado permitirme a mí mismo ser más feliz.

Esto es sorprendentemente común. Muchos no se dieron cuenta hasta el final de que la felicidad es una elección. Se habían quedado atrapados en patrones y hábitos antiguos, o sea, el llamado “confort” de la familiaridad desbordado en sus emociones.
El miedo al cambio les había hecho vivir fingiendo a los demás, y a su yo, ambos reprimidos, cuando en realidad anhelaban haber reído de verdad y tener de nuevo cierta estupidez en su vida.
Cuando usted está en su lecho de muerte, lo que los demás piensen está muy lejos de su mente. ¡Qué maravilloso es ser capaz de sonreír otra vez, mucho antes de que te estés muriendo!
La vida es una elección. Es su vida. Elija consciente, sabia, honestamente. Elija felicidad.

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