sábado, 11 de enero de 2014

Desatando El Cambio En Mi Vida - Crecimiento personal-espiritual

 "Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces el vino romperá el odre, y se pierden el vino y también los odres; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos.” Jesús.
El cambio nunca acabará pues vivimos en un mundo de cambio. Hoy se habla del fenómeno del niño y cómo ha afectado el clima en el mundo; a este lado del mundo vemos una nación en crisis afectada por un gran terremoto, pero... 
...¿qué hay de los “fenómenos” o “terremotos” que estás viviendo como persona en tu hogar o en tu trabajo?
A diario llegan emails buscando consejos, buscando ayuda. Quieren un cambio en su vida o quieren ver un cambio en las situaciones que atraviesan. Seguramente, querido hermano, que tú también estás pidiendo un cambio.
¿Cuáles son esos cambios que siempre has querido que sucedan en tu vida? Seguro que la mayoría de nosotros tiene algún deseo de cambiar, de cambiar su situación financiera, cambio de carreras o de trabajo, cambio de relaciones, hábitos o incluso cambiar los malos pensamientos, la baja autoestima, la inseguridad y la desconfianza que hay en nuestra vida. Todos tenemos ese deseo del cambio y quienes creen que pueden hacerlo solos, están frustrados porque no lo logran. El cambio viene a través de Dios, es Él quien produce e inicia el cambio.
Pero pregúntate a ti mismo, ¿Estoy preparado para los cambios que vendrán?
Muchos quieren cambios pero no se preparan. Piensan que si Dios les quiere cambiar, Él lo puede y debe hacer. ¡Claro que Él lo puede hacer!, pero no lo hace porque es una elección que a ti te toca y es tu responsabilidad asumirla. El produce el querer como el hacer, lo que me dice que yo debo hacer algo al respecto, es decir, yo tengo mi parte en el cambio. Y antes de hacer algo tenemos que prepararnos.
Ahí te va una lista bien sencilla de verificación antes de ir a la batalla de esos cambios:
1. Saber tu razón. ¿Qué es lo que te lleva a ese cambio?
La mayoría de nosotros queremos algo, pero realmente desconocemos por qué lo queremos. Lo ilustraremos de la siguiente forma: La mayoría pensamos que queremos una casa, pero lo que realmente buscamos es “la comodidad” o “la seguridad”. Pero cuando tengas una razón poderosa ten por seguro que eso, el cambio, llegará.
Otro ejemplo es el siguiente: algunas personas quieren renunciar a su trabajo para iniciar su propio negocio; a su vez ese negocio le dará lo que andan buscando, que es libertad de tiempo y dinero para pasarlo bien con su familia y amigos. Esto es lo que ellos llaman “felicidad” y otros lo llaman “paz”.
Y otro también, lo que te lleva a un cambio en el matrimonio es la necesidad de sentirte amada, valorada y protegida, como también la necesidad de sentirte respetado, honrado y admirado.
Tómate el tiempo para reflexionar, no sólo pensar. Tú debes sentir lo que quieres. ¿Qué quieres sentir? ¿Cuál sería la sensación si lo logras? ¿Cómo está predestinado tu cuerpo ante la posibilidad de ese cambio? ¿Qué emociones se te disparan ante ese inminente cambio que buscas?
2. Crear la intención. ¿Quieres ese cambio?
Dios es creador y nos creó a su imagen y semejanza. Nos dio la capacidad de crear y no de destruir. Él no quiere destrucción, no anda buscando la destrucción de hogares o negocios, Él no te creó para el fracaso. Su intención es que siempre ganemos en todas las áreas de la vida. Y a
ntes de comenzar un cambio debes preguntarte: 
¿Quiero yo realmente ese cambio?
Antes de hacer algo acerca de las cosas que quieres en la vida, pregúntate si realmente quieres. Antes de empezar cualquier relación, entrar en cualquier empresa de negocio, o en cualquier batalla en la vida, asegúrate realmente de quererlo. No lo hagas porque otra persona lo quiera, hazlo por ti. 
Sin una intención clara en lo que hacemos, será más difícil poner nuestra alma en ello.
Si es realmente lo que quieres, entonces debes tener la intención de cumplirlo. Recuerda que antes de entrar en cualquier batalla debemos saber que vamos a 
ganar. La meta es ganar y ganar.
No hagas las cosas sólo por el hecho de hacerlas. Lo que hagas hazlo para ganar. Dios no patrocina fracasos.
3. Soltar lo que lo detiene. ¿Qué te detiene?
Hay muchas cosas tratando de impedir que ocurran los cambios, necesitas despojarte de todo peso. Lo que te detenga tienes que dejarlo ir. Por ejemplo, si queremos librarnos de unos kilos de más que agarramos en el mes de diciembre, lo que necesitamos es soltar la pereza, los malos hábitos alimenticios y hacer ejercicio.
Mi mayor enemigo soy yo, no son las personas que me rodean, no es el diablo. A veces dormimos con el enemigo (malos hábitos, paradigmas, creencias o experiencias del pasado, actitud negativa, dudas e incredulidad, miedos, temores, religiosidad,…), y necesitamos identificar lo que nos detiene y nos está robando fuerzas; como dice el Apóstol Pablo, despójate de tu vieja manera de vivir. Recuerda que está en tus manos dejar ir lo que te está deteniendo.
“Tus sueños deben ser más poderosos que tus temores” 
No puedes pretender alcanzar tus sueños viviendo acompañado de temores, y tampoco puedes cambiar cuando te resistes al cambio. Si deseas cambiar y ser otra persona, lo viejo tiene que irse, tienes que soltarlo, tienes que empezar a vestirte de la nueva persona.
Hoy es un buen día para comenzar a desatar el cambio en tu vida. Que esta reflexión te ayude a elevarte y te remonte en las alturas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario