“Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.”
Mateo 7:14 (Nueva Versión Internacional).
La vida que ofrece el Espíritu de DIOS es incomparable. Es el desprendimiento total de la muerte/pecado que hubo en la vida del creyente. Es una dádiva que está disponible para todos, no obstante no todos la reciben. Cuando se recibe dicha vida, eres estimulado por el Señor a Su creación. Comienzas a ver lo propio o intrínseco de cada persona, planta y animal. Eres consciente de todo lo que revela la creación de DIOS día a día. Se recibe la plenitud de Jesús, y se es saciado al hacer la voluntad del Padre. Esa vida es invaluable y nada en la tierra se le asemeja. Son ríos de agua viva fluyendo dentro del creyente, a pesar de lo que esté ocurriendo a su alrededor.
Pero el camino para recibir esa vida es angosto. Se debe avanzar firmemente convencido del desprendimiento de la carne, se debe avanzar a pesar de la influencia del enemigo y de sus tentaciones (Santiago 1:12), a pesar de cualquier sentimiento de culpa y del peligro de cualquier pecado que ate las alas del creyente. No obstante, dentro de aquel que ha recibido a Jesús como su Salvador, existe poder de sobra para conseguirlo.
La vida en abundancia en el alma es real, pero está velada por la duda y el miedo; mas al avanzar al lado de Jesús, Su presencia las disipa como el humo. Cuando un creyente decide, de todo corazón, andar por el camino angosto que lleva a la vida, el enemigo y las tinieblas tratarán con sus insignificantes fuerzas y mentiras de detenerle. Pero si el creyente levanta su escudo de la fe y decreta sobre sí mismo, que la sangre de Cristo ya le ha hecho verdaderamente libre y merecedor de la vida, así le será hecho.
Andar por ese camino angosto puede tomar días, meses o años, pero a cada paso que se da hacia adelante, el Señor envía destellos de lo que se recibirá si uno se mantiene firme. Cuando el Señor llama a uno de los suyos a andar en justicia, Él le resguarda de cualquier ataque de las tinieblas y del enemigo. Además de que le sostiene con poder (Isaías 42:6).
Te doy testimonio de que esa vida es real y alcanzable con la ayuda de Jesús. Un día le creí de todo corazón a Jesús, que Él había enterrado mi culpa y pecados y que me llenaría de Su vida. Avancé en fe, resistí por un tiempo los ataques inútiles del enemigo, y al final recibí lo que tanto anhelaba; mis luchas se acabaron.
Si tú quieres esa vida de la que hablo, haz conmigo esta oración:
“DIOS, creo de todo corazón que la vida que me ofreces es real. Lléname de tu poder para avanzar por ese camino angosto. Fortalece mi armadura y apaga todo dardo del enemigo, permíteme ver su pequeñez comparado con tu Santidad. Hoy renuncio totalmente a mis pecados, a mi culpa y cualquier parte vergonzosa de mi pasado. Resguárdame de todo mal y ataque mientras avanzo a recibir lo que me pertenece. Envía destellos de esa vida al avanzar. Oro esto en el nombre de Jesús, Amén.”
“Olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante”
Filipenses 3:13 Nueva Traducción Viviente (NTV)“Entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.
Hebreos 10:22 Nueva Traducción Viviente (NTV)“Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo.”
Romanos 5:17 Nueva Traducción Viviente (NTV)“Me has despejado el camino, así que mis tobillos no flaquean”.
Salmos 18:36 Nueva Versión Internacional.
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