Hay diferentes maneras de clasificar los salmos; algunas son clasificaciones según el contenido: penitenciales, mesiánicos, acción de gracias, salmos de confianza...
Durante el siglo XX surgieron nuevos estudios que enfatizaron más la forma literaria o género de cada salmo.
Podemos decir que, no hay y no ha habido ninguna otra literatura que haya tenido tanto uso, durante un tiempo tan extendido, como los salmos del AT. Desde muchos siglos antes de Cristo hasta hoy, los que aman a Dios usan los salmos en su vida devocional y en su adoración.
Podemos decir que, no hay y no ha habido ninguna otra literatura que haya tenido tanto uso, durante un tiempo tan extendido, como los salmos del AT. Desde muchos siglos antes de Cristo hasta hoy, los que aman a Dios usan los salmos en su vida devocional y en su adoración.
Los salmos y su uso en el culto tuvieron una influencia preponderante en Israel. La sociología nos muestra que cada sociedad crea su propio mundo (su mundo de valores, modas y costumbres). Para el pueblo de Israel, fue el culto el que iba formando su mundo de creencias y valores, y los salmos eran el instrumento principal como “hacedor de su mundo”.
Dios usa los salmos precisamente en el culto, el tiempo en el que los creyentes adoran a Dios.
Sin el culto, los Salmos quedarían como una literatura inerte para una comunidad que procese sus verdades. Es en el culto donde el creyente experimenta la convicción, la enseñanza y el poder de Dios en su propia vida. Y el culto es un don de Dios por el cual su poder creativo está mediatizado. La obra de “hacer el mundo de cada uno”, es decir, la obra dramática de adoración propia está autorizada y legitimada por el poder de Dios para “hacer su mundo”; este poder es obra de Dios, pero la obra dramática de adoración es procesada por medio de la acción y el habla humanas, obedientes, intencionadas, disciplinadas. Estas acciones y habla humanas moldean y articulan el mundo.
Gracias Señor, porque en tu palabra me aseguras que quien habita a tu abrigo será acogido en tu sombra.
Hoy te digo Señor: Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.
Sólo Tú puedes librarme de las trampas del cazador y de las mortíferas plagas, pues me cubrirás con tus plumas y bajo tus alas hallaré refugio. ¡Tu verdad será mi escudo y mi baluarte! No temeré el terror de la noche, ni la flecha que vuele de día, ni la peste que acecha en las sombras, ni la plaga que destruye a mediodía.
Podrán caer mil a mi izquierda, y diez mil a mi derecha, pero a mí no me afectará. No tendré más que abrir bien los ojos, para ver a los incrédulos recibir su merecido.
Te he puesto a ti Señor como mi refugio, a ti mi Dios como mi protección, ningún mal habrá de sobrevenirme, ninguna calamidad llegará a mi hogar. Porque Tú ordenarás que tus ángeles me cuiden en todos mis caminos. Con sus propias manos me levantarán para no tropezar con ninguna piedra. Aplastaré al león y a la víbora; ¡hollaré fieras y serpientes!
"Tú Señor me librarás, porque me has unido a ti ; Me protegerás, porque he reconocido tu nombre. Te Invocaré Señor, y me responderás; Tú el Eterno estarás conmigo en momentos de angustia, y me has prometido que me librarás y me llenarás de honores. Me colmarás con muchos años de vida y me harás gozar de mi salvación." Amén.
Hoy te digo Señor: Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.
Sólo Tú puedes librarme de las trampas del cazador y de las mortíferas plagas, pues me cubrirás con tus plumas y bajo tus alas hallaré refugio. ¡Tu verdad será mi escudo y mi baluarte! No temeré el terror de la noche, ni la flecha que vuele de día, ni la peste que acecha en las sombras, ni la plaga que destruye a mediodía.
Podrán caer mil a mi izquierda, y diez mil a mi derecha, pero a mí no me afectará. No tendré más que abrir bien los ojos, para ver a los incrédulos recibir su merecido.
Te he puesto a ti Señor como mi refugio, a ti mi Dios como mi protección, ningún mal habrá de sobrevenirme, ninguna calamidad llegará a mi hogar. Porque Tú ordenarás que tus ángeles me cuiden en todos mis caminos. Con sus propias manos me levantarán para no tropezar con ninguna piedra. Aplastaré al león y a la víbora; ¡hollaré fieras y serpientes!
"Tú Señor me librarás, porque me has unido a ti ; Me protegerás, porque he reconocido tu nombre. Te Invocaré Señor, y me responderás; Tú el Eterno estarás conmigo en momentos de angustia, y me has prometido que me librarás y me llenarás de honores. Me colmarás con muchos años de vida y me harás gozar de mi salvación." Amén.
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