No hay nada más fuerte que pueda conceder los deseos de tu corazón que la Fe. Creer lo que no ves como si ya fuera, eso es la Fe.
Es la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1)
Sin embargo, cuando se presentan situaciones difíciles es cuando muchos ponen en duda su fe, cuando vienen preguntas, cuando viene el desánimo, pero es ahí donde y cuando tu demostración de Fe debe tomar aún más fuerza, es entonces cuando podrás ver la mano Poderosa de Dios, que te sostendrá y te dará descanso.
A pesar de la situación por la que estés pasando, atrévete a creer, atrévete a confiar, atrévete a declarar solucionada tu situación.
En una ocasión también le tocó hacerlo; a pesar de no ver nada, a pesar de que todo estaba en su contra, en un momento de oración, le dijo a su Dios: ¡Tú eres mi Padre, sé que tienes todo en tus manos, y a pesar de que no lo entienda, sé que cumplirás lo que me has prometido y declaro que así será! A pesar del dolor, lo declaro, ¡porque tengo un Dios que cumple, un Dios de palabra! Un Dios que me ama, y que va más allá de mis pensamientos y de mis soluciones.
Y así fue, después de eso una lluvia de bendiciones vino a su vida. Vivamos por Fe, es un mandato, pero qué hermoso mandato.
Como ves, la oración es lo más importante, pero después de ella necesitamos actuar en fe, ir y buscar esas oportunidades para que después la puerta sea abierta. Las puertas se te van a abrir, pero muchas veces es necesario ir a tocarlas. Muchas personas están sentadas esperando que todas las promesas de Dios se cumplan en su vida, pero hay otras que han decidido levantarse, han decidido ir y buscarlas; es ahí donde su Fe está activa, es ahí donde Dios dice: ¡Mi hijo ha creído!
Levántate, haz algo hoy para cumplir esos sueños que Dios ha puesto en tu corazón. ¡El Poderoso Gigante te está esperando para ir de tu lado!
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