El Coronel Sanders fue a más de 1,000 lugares intentando vender su receta de pollo, antes de encontrar a un futuro comprador interesado. El hecho de que hoy podamos comprar “Kentucky Fried Chicken” da testimonio de su perseverancia.
Thomas Edison lo intentó casi 10,000 veces, antes de tener éxito en crear la bombilla eléctrica. Si se hubiese rendido, estaríamos leyendo esto en la oscuridad.
Al plan de negocios original de lo que llegaría a ser “Federal Express”, se le dio una calificación de fracaso en la prueba universitaria de viabilidad que les hizo Fred Smith. Y en los primeros años, sus empleados cambiaban sus cheques en tiendas comerciales en vez de en bancos. Esto significó que fuera más el tiempo para hacerlos efectivo, dándole más tiempo a “FedEx” para cubrir su planilla.
Silvestre Stallone había sido rechazado mil veces por diversos productores y se había quedado con sus últimos 600 dólares, antes de toparse con una compañía que produjese “Rocky”. El resto es historia.
Para triunfar realmente, se requiere un compromiso total por nuestra parte hacia nuestra meta. Demasiada gente comete el error de abandonar justo antes de alcanzar el éxito. ¡Sigamos adelante sin importar lo que pase! Si realmente creemos en lo que estamos haciendo, démosle todo lo que tenemos de nuestra parte y no nos rindamos.
Vamos a triunfar, no existe el fracaso; cada acción produce un resultado. Y tal vez no sea el resultado que estamos buscando pero, de todas maneras, es un resultado. Después, si monitorizamos los resultados de nuestras acciones y corregimos lo que no funciona, eventualmente vamos a producir el resultado que estamos buscando.
Perseveremos; como se le atribuye al Presidente Calvin Coolidge: “Nada en este mundo puede reemplazar a la perseverancia. El talento no puede; nada es más normal que hombres no exitosos pero con gran talento. La inteligencia tampoco puede; la inteligencia no recompensada es casi un proverbio. Y la educación tampoco; el mundo está lleno de gente educada dada al abandono. Sólo la perseverancia y la determinación pueden lograrlo”.
Este pensamiento nos anima a sobreponernos a los obstáculos que encontramos en nuestro camino y también a esforzarnos y perseverar. Alguien dijo que el éxito es sobre todo “sudor” (más que visión, inteligencia, capacidad o fortaleza). Se trata de seguir intentándolo a pesar de que no hayamos logrado lo que deseamos en ocasiones anteriores. El Dios que puso ese sueño en nuestros corazones habrá de acompañarnos todo el camino, hasta alcanzarlo… y entonces, al otro lado de ese sueño, habrá otros que den continuidad a nuestra vida y nos lleven a cumplir no sólo con nuestras metas, sino con el plan que Dios mismo diseñó para nuestras vidas.
Algunos estarán a punto de rendirse y por eso, más que nunca, necesitamos acercarnos al Señor para que nos fortalezca… ¿por qué no hacerlo este fin de semana, congregándonos con tantos otros que necesitan de Su amor y poder? Bendiciones.
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