Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. Proverbios 3:5-6
Cuando nos enfrentamos a una tentación, es cuando comienza la lucha interna entre lo que está bien y lo que está mal. Nos vemos en el dilema de tomar una decisión, de acuerdo a lo que yo quiero, o bien siguiendo la voluntad de Dios. Y en nuestras elecciones dejamos al descubierto lo que realmente hay en nuestro corazón, porque cada vez que escogemos lo hacemos desde nuestras más profundas convicciones.
Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mateo 4:3-4
Jesús también fue tentado, y buena lógica es pensar que para Él fue fácil rechazar la tentación, sin embargo, consideremos Él se encontraba en el desierto sin haber comido ni bebido en cuarenta días. Pero a pesar de esto, supo decir “NO”. Jesús fue tentado, pero nunca pecó; para Él era más importante obedecer la voluntad del Padre que satisfacer sus propios deseos.
No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal. Proverbios 3:7
A veces queremos adaptar la palabra de Dios a nuestras propias razones, sin darnos cuenta de que sólo buscamos justificaciones para seguir haciendo lo que queremos.
Si estás pasando por alguna tentación, no pongas ya más excusas o razones que defiendan una situación que claramente no agrada a Dios. Deja de luchar con Él y apártate del mal. Recuerda que las tentaciones pueden darte un corto placer, pero con el tiempo tendrás que soportar las consecuencias de haber desobedecido el consejo de Dios.Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo. Filipenses 3:7-8
Si amas a Dios y estás agradecido a Él, te será más fácil decir que no, pero si estás cediendo fácilmente al pecado, es muy probable que en tu vida no LE tengas en cuenta y estén prevaleciendo tus deseos por encima de Su voluntad.
Hoy te animo a volver a Dios, recuerda de dónde te ha sacado; y no lo hizo para que te vuelvas atrás o para que te metas en un problema aún mayor, sino para que vivas una vida feliz en la libertad que Él te da.
¡Deja ya de escucharte a ti mismo y escucha la voz de Dios!
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