“Ama al Señor tu Dios, obedécelo y sé fiel a él, porque de él depende tu vida.”
1ºJuan 3:20 (Nueva Versión Internacional).
A lo largo de las Escrituras vemos que la voluntad de DIOS es que los suyos dependan de Él. Y al hacerlo prosperan, por el contrario, al apartarse de Él perecen. Cuando el pueblo de DIOS buscaba salvación en otros dioses o en países aliados, fracasaba. Después de que los israelitas se establecieran en la tierra prometida pidieron un rey humano, como los de las demás naciones, y con ello menospreciaron que el SEÑOR era su rey. Cuando ellos prosperaron olvidaron que fue sólo el SEÑOR quien les convirtió de esclavos a príncipes. Y con el paso de los años esta independencia de DIOS les llevó al cautiverio.
Desde el principio, la voluntad del SEÑOR era que los suyos le reconocieran como el único DIOS verdadero y que dependieran de Él para librarles de todos sus problemas, sin importar cuáles fueran, para perdonar sus pecados, para sanar sus enfermedades, para mandar agua a sus cultivos o para derrotar a sus enemigos. No obstante, no aprovecharon ese gran privilegio.
Pues de igual misma manera, el creyente de la época actual puede dejar a un lado su dependencia de Jesús, y al hacerlo puede fracasar. El creyente puede cometer el error de retomar las riendas de su vida, después de que DIOS le ha guiado a conquistar la “tierra prometida”. Y esto puede ocasionarle caídas. Al igual que antes, el SEÑOR espera que los suyos le vean como el único DIOS verdadero, como su Todopoderoso salvador, su suficiente proveedor, su certero sanador y su Padre eterno. Y vivir con plena confianza y dependencia de DIOS traerá reposo.
Cuando el creyente piensa en su corazón que lo que tiene y ha obtenido se debe a sí mismo, está pecando de soberbia, pues toda buena dádiva que ha recibido viene de DIOS. O cuando piensa que los retos dependen de su capacidad y fuerza, se aleja del SEÑOR.
Te invito a depender de una manera verdadera de DIOS, pues Él jamás te defraudará. Depender realmente de DIOS traerá bendición abundante a tu vida.
Comenzando por el gozo de aquellos que confían en Él.
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